El ayuntamiento de Manacor ha decidido que si quiere que algún empresario se haga cargo de la concesión de la pescadería municipal de la plaça de ses Verdures, antes deberá reformarla a fondo. Para ello los técnicos del área de Urbanismo ya han valorado los trabajos necesarios para que todo esté listo a finales de este año, "para que en Navidades pueda estar abierta", responde la primera teniente de alcalde, Catalina Riera, que cree que serán necesarios aproximadamente 50.000 euros.

Después de que hace una semana diversas visitas técnicas inspeccionaran el estado actual de las instalaciones, sus pros y sus contras, el proyecto de adecuación se centrará sobre todo en la habilitación de un baño, un vestuario y el cambio del mostrador actual, según el consistorio demasiado grande para la sala principal del edificio, situado en una de las esquinas de la plaza de abastos.

Asimismo también será necesario cambiar la cámara frigorífica de la parte posterior, mejorar la climatización de todo el espacio y cumplir con las normas establecidas tanto estructurales como higiénicas de este tipo de instalaciones.

Hace ya años que los comerciantes de la plaça de ses Verdures de Manacor vienen reclamando al consistorio una solución para el abandono continuado de la pescadería municipal, sin que hasta ahora se haya encontrado el gestor o empresario adecuado. Los mercaderes consideran perjudicial tanto la imagen de abandono que ofrece, como la imposibilidad de los clientes de poder complementar su compra con la adquisición de pescado fresco. Y es que al cierre continuado de la municipal, hay que añadir la supresión, hace unos meses, de la lonja de pescado situada en el puerto de Porto Cristo, cuyo servicio se presta ahora en el de Cala Bona (municipio de Son Servera).

"Entendemos que primero debe ser el Ayuntamiento quien deje la instalación en condiciones y a punto para abrir, para incentivar de esta forma que haya más interesados en asumirla durante un periodo prolongado de tiempo", dice Riera.

A mediados de enero de 2010 la empresa Bauzà Giménez alude a una falta de clientes y a las obras de reforma de la plaza, para cerrar la pescadería un año antes de que terminara su concesión de cuatro, a razón de 3.173 euros por cada uno.