La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, más conocida como Unesco, alertó ayer en Selva de la "baja autoestima" de los mallorquines hacia su patrimonio natural, y concretamente la Serra de Tramuntana, declarada como Patrimonio Mundial con categoría de Paisaje Cultural hace ahora cinco años. Para celebrar esta efeméride, el casal de Ca ses Blaies de Selva acogió ayer una conferencia de Ángel Morillas, historiador y miembro del Consejo Mundial de Monumentos y Lugares de la Unesco, sobre la declaración patrimonial de la Serra de Tramuntana, un acto que se complementó con una exposición de imágenes de los municipios de la cordillera y un miniconcierto del guitarrista Sebastián Segovia.

A lo largo de una hora, Ángel Morillas intentó transmitir al público que llenaba la sala la importancia que tiene para la isla la declaración de la Serra como Patrimonio Mundial, una figura que supone la "categoría máxima" a la que puede aspirar un monumento, ya sea natural o cultural, y de la que únicamente hay 1.031 casos en todo el mundo, 44 de ellos en el Estado español, tercer país (por detrás de Italia y China) en número de elementos declarados como Patrimonio Mundial.

El representante de la Unesco explicó que este organismo marca diferentes pautas a la hora de aprobar las declaraciones patrimoniales y que una de las más importantes está relacionada con la capacitación de las administraciones a la hora de gestionar el patrimonio. "Es muy importante y hace falta gente competente para ello porque así se refuerza la autoestima de la comunidad, y aquí en Mallorca hace falta trabajar más este aspecto", apuntó. A su entender, los municipios de la isla y en especial los ubicados en el ámbito de la Serra de Tramuntana "todavía no se han hecho a la idea de la joya que tienen".

Según Morillas, este desconocimiento de los mallorquines hacia su principal cordillera solo puede combatirse con educación y divulgación en los centros escolares, y no solo en los asociados a la Unesco. En este sentido, el alto cargo no escatimó críticas hacia el papel de la Universitat de les Illes Balears. "¿Qué hace la UIB por la Serra de Tramuntana? pienso que podría hace muchas más cosas", planteó. A su entender, "no basta con tener un paisaje extraordinario, ya que este debe divulgarse y hacer lo posible para que funcione". "Cuando una cosa se conoce, se ama y después se conserva", concluyó, "porque un paisaje bien cuidado proporciona placer a la gente".