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Calvià

El día que Muhammad Alí estuvo en Calvià

El mito del boxeo, ya en el ocaso de su carrera, participó en 1979 en un combate de exhibición en el Casino Mallorca

El día que Muhammad Alí estuvo en Calvià

El legendario Muhammad Alí, el boxeador que construyó historia golpe a golpe con sus tres títulos mundiales y su compromiso cívico y religioso, escribió en Calvià una letra al pie de página de su trayectoria en los cuadriláteros de todo el mundo. Lo hizo un 12 de junio de 1979, en el Casino de Mallorca. Llegó con todo el boato que requería su figura (avión privado y séquito de 20 personas para una estancia visto y no visto de 24 horas) para participar en una exhibición contra un antiguo rival, Jimmy Ellis.

El Muhammad Alí que aterrizó en junio de 1979 en Mallorca estaba ya en la última fase de su carrera, que no fue precisamente la más gloriosa. Tenía 37 años y la trilogía de combates míticos contra Sonny Liston, George Foreman ('La pelea en la selva', en lo que entonces era Zaire) y Joe Frazier ('Thriller in Manila', llamaron a su pelea en Filipinas) había quedado atrás.

Ese mismo mes -junio de 1979-, Alí había anunciado que ahí se había acabado, que no seguiría combatiendo más. "Estoy exhausto", dijo. Después, desmintiéndose a sí mismo, volvería de nuevo a los cuadriláteros, ya pasado de peso y fuera de forma, protagonizando combates que no pasaron a la historia del boxeo. En 1981, con 40 años, anunció su retirada definitiva. Aunque puede que en ese momento la capacidad pugilística de Alí no fuese la misma, no había perdido un ápice de su personalidad bravucona, ésa que le llevaba en ocasiones a ridiculizar a sus rivales antes de los combates. A Frazier, por ejemplo, lo llegó a comparar con una "momia" por sus movimientos lentos. En su multitudinaria rueda de prensa en Mallorca, ridiculizó a algunos periodistas -a uno que era calvo le soltó que él sí que se podía peinar porque tenía pelo- y dejó frases "a caballo entre el Corán y la filosofía callejera", informó Marc Verger en la crónica que le dedicó DIARIO de MALLORCA.

Ante los medios, dejó declaraciones reveladoras sobre su decisión de convertirse al islam, lo que marcaría su carrera. Sus creencias religiosas le llevaron a rechazar el reclutamiento para la Guerra del Vietnam. Por este motivo, fue inhabilitado para boxear durante casi tres años y estuvo a punto de entrar en la cárcel. "En el año 1961, decidí convertirme al islam. Estaba paseando por una calle de Nueva York cuando escuché hablar a un hombre, Malcolm X [que posteriormente sería asesinado], y me convenció lo que decía", explicó a los periodistas, antes de ofrecer una particular teoría sobre los credos religiosos.

"Los católicos tienen a Jesús, que era blanco. Los apóstoles en la última cena eran blancos. María era blanca, todos son blancos y yo soy negro. En Norteamérica, hay 40 millones de negros que no tenemos un país nuestro", argumentaba en una rueda de prensa, donde dejó sus pinceladas de showman al ponerse a tocar el piano. Apenas 24 horas después de llegar a la isla, Alí cogía un avión de regreso a Estados Unidos, en lo que suponía el fin de su gira por Europa. Antes, como recuerdan algunos de los asistentes a su combate en el Casino Mallorca, había dejado alguna pincelada de su clase, como ese juego de piernas que le llevó a dejar para la posteridad la sentencia: "Vuela como una mariposa, pica como una abeja". Fueron apenas cinco asaltos de dos minutos cada uno, precedido por una declaración de amor de Alí a su compañera, con quien subió al ring. Allí, proclamó: "Detrás de todo gran hombre, siempre hay una gran mujer". Tras el amoroso gesto, hubo un intercambio de golpes fugaz, amistoso y contenido (de hecho, Ellis llevaba un protector de cabeza), salvo algún pequeño 'pique' hacia el final de la pelea . Ponía fin a su estancia en Mallorca, previo cobro de cuatro millones y medio de pesetas. Curiosamente, el mismo día que Alí se despedía de Mallorca y de Europa, moría el actor John Wayne, otro héroe americano como él, aunque situado en el extremo opuesto del cuadrilátero desde el punto de vista ideológico.

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