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25 años de canto de gallos en Son Servera

La plaza de Sant Joan acogerá el martes, a las 22 horas, el singular concurso enmarcado en las fiestas patronales

Miquel Vives ha presentado destacadas aves, como Revetler. Biel Capó

El acto más propio, único y genuino de las fiestas de patronales de Sant Joan de Son Servera, la nit de cant de galls, cumple, el próximo martes, a las 22 horas, un cuarto de siglo.

La historia se inicia el verano de 1991, cuando Antoni Amengual organiza por primera vez una cantada de gallos, en un hotel de Cala Millor, a pleno día. A los dos años tomó el relevo de la organización Pep Prieto, pasándose a celebrar tan peculiar evento durante una noche de los festejos del patrón de la vila, hasta llegar a esta vigésimo quinta edición que tiene previsto realizarse el próximo día 14, de nuevo en la plaza de Sant Joan.

En las 24 ediciones ya desarrolladas han participado unos 500 gallos que han mostrado sus dotes cantarinas, subidos al escenario con focos y un expectante público. Unos 200 propietarios los han inscrito, por lo que la media supera hasta dos gallos por persona, mientras que la media de participación por edición está sobre los veinte gallos.

Los participantes han sido de diferentes pueblos de Mallorca, aunque también ha habido de Cataluña, Inglaterra y alemanes residentes en la zona. Los 25 años dan para muchas historias, algunas emotivas, como cuando, en 2011, ante el cierre del Ràdio Televisió de Mallorca, el concurso se realizó con una gran pancarta donde podía leerse Sí a RTVM y otras anecdóticas, en una ocasión uno de los gallos inscritos y situado en el escenario, llamó la atención del público, al ver que el animal no se movía y no fue hasta el final de la velada cuando se percataron que se trataba de una broma y el animal no era más que una muy conseguida imitación. Otras veces ha llamado la atención la apatía generalizada en no cantar. En una edición no realizaron ni un solo cacareo. En otras convocatorias y para evitar que se repitieran los hechos y que la velada concluyera sin ni un solo canto de las aves, se les llegó a motivar de varias maneras diferentes, desde un pequeño gallo mecánico que al darle cuerda se movía y cantaba por el escenario, hasta usar el tono de un teléfono móvil cuyo timbre de llamada era el cacarear de un gallo.

También ha habido ocasiones en que ha sido a la inversa, la facilidad que han tenido las aves para cantar era tanta que no daba prácticamente tiempo a anotar el autor de la cantada. Esto ha ocurrido en las dos últimas ediciones, donde se ha batido el récord. Una marca que actualmente ostenta la ave del llorençí Miquel Amer, que la inscribió con el nombre del famoso futbolista Messi, con 188 cantadas en una hora, batiendo el anterior récord de Nito, propiedad del serverí Antoni Fernández, con 148 cantadas que supuso el nuevo tope absoluto en 2014. Marca que será difícil de batir, ya que para superarla la gallinácea tendría que cantar a una media de unas 3,5 veces por minuto.

Este peculiar concurso, del que en sus inicios se pensaba que sería un acto efímero, ha conseguido perdurar, no por su espectacularidad sino más bien por el hecho de convertirse en una velada popular de una noche de verano a la que los vecinos han acogido como propia y suya, en la que han participado con sus aves y en la que ha habido y hay familias de hasta tres generaciones que participan, desde niños y niñas de corta edad hasta una abuela octogenaria. El acto es muy sencillo, los participantes inscriben a sus gallos con un nombre, los meten en los recintos habilitados exclusivamente para la ocasión, sobre un escenario y a la luz de unos focos, hasta conseguir que el animal esté a gusto y empiece a cantar y así durante una hora.

En el último año se ha barajado la posibilidad de que tan original concurso deje de celebrarse, pero su organizador, Pep Prieto, ha dejado claro que seguirá hasta que pueda y el pueblo siga participando con sus gallos. En el trasfondo está saber si la futura ley de bienestar animal afectaría al concurso. Su promotor y muchos vecinos coinciden en que no ya que no se maltrata a animales, la intención es que estén a gusto para que canten cuanto más mejor.

Patrimonio cultural

También hay quien piensa que debería declararse patrimonio cultural del pueblo, al ser un consolidado acto del que no se ha encontrado información que se realice ni en territorio español ni europeo, ni constancia que ocurra en el resto del planeta, según asegura su organizador. Y así llega a su 25 aniversario, donde habrá un premio especial para los ganadores y participantes, además de las tradicionales ensaimadas y botellas de cava.

En el recuerdo de muchos estarán algunos de los nombres de gallos, como los míticos El Fary, Trullós, Revetler o Pintat, los más cantarines, Nito y Messi, u otros que no hicieron honor al nombre con el que concursaban, Pavarotti o Plácido Domingo. Curiosamente, este 25 aniversario ya tiene inscritos a participantes de otras poblaciones, como Montuiri o Pollença, a la espera de batir el récord mundial o como mínimo el europeo, de un concurso propio y auténtico de Son Servera.

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