Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Turismo

Calvià declara la guerra a los 'realities' de Magaluf

El alcalde avisa de que la Policía vigilará que 'Geordie Shore' no se grabe en zonas públicas - El inicio de temporada alienta la llegada de televisiones en busca de morbo

En 2012, MTV emitió un especial de ´Geordie Shore´ grabado en Magaluf.

Con pelo largo moreno, vestido ajustado y maquillada a brochazos, Sophie Kasael, daba en 2012 su opinión sobre Magaluf en horario de máxima audiencia en la cadena MTV. "Si vas por ahí echando la 'pota', qué mejor lugar [para hacerlo] que Magaluf", decía, desde la localidad calvianera. Su compañero de aventuras, Gary Gaz Beadle, un hombre amante de sus abdominales, añadía otra reflexión lapidaria delante de las cámaras: "En Magaluf, puedes 'tirarte' una tía por noche".

Ellos fueron dos de los protagonistas de la primera edición de Geordie Shore -un programa de telerrealidad-, uno de cuyos capítulos se grabó en la isla con el título inequívoco de Locura en Mallorca. La emisión, centrada en las vacaciones de ocho jóvenes ingleses, volcó sobre el televidente escenas de alto voltaje sexual, alcohol a raudales y desvaríos múltiples en Punta Ballena.

El malestar que creó ese programa en el Ayuntamiento y en el sector turístico fue mayúsculo, y eso explica el rechazo frontal que esta semana explicitaba la administración municipal ante una solicitud de la productora de televisón Lime Pictures para grabar nuevos capítulos en Magaluf.

"Decimos no a este tipo de grabaciones que dañan la imagen del destino. El freno de mano a los excesos no tiene marcha atrás", proclamó ayer el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal (PSOE), tras una reunión en la sede consistorial con representantes hoteleros y del ocio nocturno para lograr un compromiso del sector contra este tipo de programas, que han proliferado en los últimos años.

Vigilancia policial

La Policía Local, advirtió el alcalde, vigilará que la productora no realice grabaciones en la vía pública. Rodríguez Badal arrancó además el compromiso del sector empresarial reunido ayer en Calvià vila para no permitir tampoco esas filmaciones en zonas privadas. Sin embargo, como reconoció el alcalde, el equipo de grabación del programa Geordie Shore ha contactado con varios locales nocturnos para grabar en su interior y a estas zonas privadas la vigilancia policial no puede llegar.

La polémica no es nueva en el municipio. El filón de morbo y sensacionalismo que depara la noche de Magaluf lo explotan a conciencia verano tras verano las televisiones nacionales y europeas (especialmente británicas), lo que ha generado un auténtico clima de psicosis entre los empresarios la zona ante todo lo que tenga que ver con una cámara de televisión.

Los ocho concursantes del ‘reality’.

Los ejemplos de escándalos mediáticos son numerosos. Una especial repercusión, por ejemplo, tuvo la emisión en 2013 del reportaje La verdad sobre Magaluf en la prestigiosa cadena pública británica BBC. La presentadora, Stacey Dooley, no dejó por tocar ninguno de los temas más controvertidos de la escena nocturna. Mientras estuvo en Magaluf, vio escenas de prostitución callejera. "He visto cómo una prostituta intentaba robar a un cliente", exclamaba durante la locución del programa. Dooley habló también con personas del servicio de ambulancias. "Una vez nos encontramos con una chica de 16 años a la que habían golpeado y violado", le contaba un trabajador sanitario a la BBC.

Sillas numeradas

En su periplo, las cámaras grabaron juegos sexuales y testimonios de camareras de pisos sobre un protocolo que había implantado su hotel: numerar las sillas de las habitaciones para identificar a los clientes que las lanzan a la piscina. De la cadena pública británica llegó hace unos años otro programa de telerrealidad: Sun, sex and suspicious parents.

El programa soltaba a jóvenes británicos con las hormonas revolucionadas en varios destinos del Mediterráneo conocidos por su oferta de ocio nocturno. Entre ellos, claro está, Magaluf. La gracia del invento televisivo se debía a que los padres de los retoños en cuestión los espiaban a través de monitores sin que éstos lo supieran. En vista de la ebullición sexual y etílica que mostraban sus hijos en ausencia de control paterno, las caras de asombro de los padres no tenían desperdicio.

Las cadenas nacionales suelen enviar también sus equipos a la noche de Magaluf. Uno de los vídeos más polémicos que se recuerda en la zona lo difundió Cuatro hace ahora un lustro.

En su momento, la asociación hotelera llegó a emitir una nota de protesta por el tono del reportaje en el que un turista colorado clamaba: "¡Magaluf está lleno de pecados!". Pecados televisados, como los de un grupo de turistas que orinaban encima de un compatriota que estaba sentado en un banco, en estado comatoso.

En vista de todos estos antecedentes, el sector turístico y la administración se muestran escarmentados y son muy cuidadosos, por no decir totalmente reticentes, a atender solicitudes de colaboración por parte de productores de televisión. El clima de rechazo a determinados medios lo ejemplificaba un vídeo difundido la semana pasada en redes sociales por empresarios de la noche de Punta Ballena. Se veía cómo un cámara grababa a un turista aparentemente desmayado tras una noche loca. Luego, la periodista decía "ya puedes dejar de grabar", se acercaba al protagonista de la escena y le decía "gracias, ya te puedes levantar". El turista se levantaba y se iba.

Compartir el artículo

stats