El vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, destacó ayer el "efecto contagio" que han tenido las inversiones para la reconversión de Magaluf y puso como ejemplo de ello que "hoy se abren [en este destino] más 'beach clubs' de última generación que locales de venta de alcohol".

Escarrer hizo estas declaraciones durante una visita institucional a Magaluf con representantes empresariales y políticos. El acto sirvió para presentar el remozado Meliá Antillas Calvià Beach -a pie de playa, de cuatro estrellas superior y con 316 habitaciones-, así como el plan de reforma del Jamaica, demolido parcialmente este año.

En referencia a este proyecto a desarrollar en 2017, la cadena hotelera explicó que el edificio más alto del complejo se remodelará y que, donde estaba el otro bloque de menor altura (ahora demolido), "se construirán dos edificios unidos en su terraza superior por sendas piscinas colgantes". El objetivo de Meliá pasa por potenciar la relación del Jamaica con su entorno, con una doble fachada a las avenidas Magaluf y s'Olivera, una zona comercial de 5.000 metros cuadrados conectada con el Bulevar y 200 plazas subterráneas de aparcamiento. "No será sólo un hotel de última generación, sino una infraestructura comercial y de restauración de calidad, abierta al público y con el primer párking subterráneo de la zona", manifestó el vicepresidente ejecutivo de Meliá, Mark Hoddinott.

Como hizo la semana pasada la asociación hotelera de la zona, Meliá remarcó los "progresos" logrados por las ordenanzas para reducir las "malas prácticas turísticas". En esta línea, destacó el incremento de los segmentos de mercado que representan las familias y los clientes adultos.