El mes de mayo es el ideal para elaborar las tradicionales hierbas mallorquinas. Las plantas más importantes que se incluyen en su receta están en plena sazón. Los aficionados a elaborarlas explican que es la época del año en que más propiedades atesoran.
Algunos viejos maestros se reúnen cada año en casa del Antoni Serra, gran aficionado. Serra explica que "las hierbas nacieron como un jarabe, como un digestivo, probablemente en alguna botica". "Antiguamente se las daban a los niños cuando tenían lombrices", puntualiza.
Este fin de semana la casa de Serra fue un ir y venir constante de aficionados que se fueron elaborando sus hierbas, cada cual a su gusto, con más de aquello o de lo otro. "Cada maestrillo tiene su librillo", explicaba mossèn Santiago Cortés, aficionado.
Hoy las hierbas se elaboran industrialmente. No obstante, "hace años cada bar y cada cafetería de los pueblos de Mallorca elaboraba sus propias hierbas y había rivalidad entre los distintos cafés por ver quien las hacía mejores", explica Macià Matamalas, de Inca, un veterano restaurador.
Mestre Mateu Ferrer, de Inca, preparando un gran recipiente para elaborar cuatro litros de la popular mixtura. P. C.
En la elaboración de esta maceración se ha llegado a contabilizar hasta 105 especies diferentes. Sin embargo, Serra puntualiza que lo habitual es "usar entre dieciocho y veinte especies". El propio Serra describe las que utiliza él: "Nueces verdes, manzanilla, canela, cerezas, cost, flor de granado, hinojo, hojas de limonero, de naranjo, de níspero, de mirto, algarrobas, enebro, granos de café, limoncillo, hierba buena, menta, mejorana, papulapa-hi, romero, ruda, salvia, tarongí, tomillo, zarzamora, azofaifo, lentrisco, pino y vainilla".
De un litro hierbas puras se sacan tres litros de hierbas rebajadas. "Primero se hace la madre con anís o aguardiente", indica Serra. Se deben dejar macerar al menos dos meses y luego se saca la mitad para rebajar y se vuelve a rellenar la botella madre.