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Solidaridad

Calvià se vuelca con Lucas

El Son Ferrer Atlétic, el Ayuntamiento, empresarios y vecinos ayudan en un evento benéfico para costear el tratamiento de un niño con parálisis cerebral

Lucas, durante una sesión de tratamiento para abordar su parálisis cerebral.

Una ola de solidaridad se ha levantado en Calvià para ayudar al niño Lucas Verdicht, de tres años y afectado por una parálisis cerebral, una enfermedad que obliga a sus padres a costear tratamientos muy caros. El próximo domingo, el pabellón municipal de Son Ferrer acogerá un acto para recaudar fondos, un evento impulsado por el club Son Ferrer Atlétic con la colaboración del ayuntamiento de Calvià, de empresas privadas y de ciudadanos particulares.

Los promotores del evento benéfico -en el que habrá una comida popular, una diada deportiva y música- se declaran sorprendidos por la cantidad de peticiones de colaboración que han recibido. El presidente del club, Javier Mejías, aseguró que en un principio esperaban 500 personas, aunque en vista de la respuesta ciudadana no descartan que se superen las expectativas.

Ayer, la madre de Lucas, Nelia Sánchez, educadora social de profesión y con vínculos familiares con el municipio de Calvià, relataba la odisea de trámites, gestiones y estudios que ella y su marido, Norberto Verdicht, han afrontado desde que un 25 de enero de 2013 les comunicaron la "lesión quística servera" de Lucas, que había nacido pocas semanas antes con su hermano.

"De ahí a investigar por tratamientos milagrosos, diferentes terapias, Bobath, Votja, hidroterapia, hormona de crecimiento. Después de once meses de eufemismos y una crisis epiléptica, por fin una médico residente puso negro sobre blanco lo que ya sabíamos (aunque negáramos): parálisis cerebral", recuerda.

Una puerta a la esperanza se les abrió cuando se enteraron de la existencia de un novedoso tratamiento que se había empezado a aplicar en California: el método Anat Baniel. El sistema estimula el niño a través de "nueve elementos esenciales, como el movimiento con atención, lentitud, variación, sutileza, entusiasmo, objetivos flexibles, interruptor de aprendizaje, imaginación y sueños, y conciencia", detalla la familia de Lucas.

Pero este método tenía el problema de su elevado coste. Como no está demostrado científicamente, no lo cubre la Sanidad pública. La única solución era viajar a California. Y allí se fue la familia el año pasado. Estuvieron durante ocho semanas, con un coste medio de 500 dólares diarios.

Además, después contactaron con una de las pocas personas que aplica el tratamiento en Europa, una fisioterapeuta alemana, que viene cada tres meses a Mallorca. Ellos viajan también a Alemania periódicamente para tratar a Lucas. La factura también es cuantiosa, 1.500 euros por semana.

Desde el primer momento, activaron una campaña en las redes sociales que desembocó en diferentes actos benéficos, como diadas deportivas o sorteos, a fin de obtener recursos económicos con los que financiar no sólo el método Anat Baniel, sino también la terapia visual en Madrid y el tratamiento ABR. Pese a su elevado coste, la terapia ha valido la pena, según apunta Nelia Sánchez. "El niño ha mejorado. Ya dice alguna palabra. Aguanta la cabeza, lo que hasta ahora no podía hacer. Nos dicen que es muy receptivo al tratamiento, que se adapta a su ritmo y a sus capacidades", dice.

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