"Este es el juego democrático", declaró ayer el alcalde de Maria de la Salut, Toni Mulet (PP), ante la previsible moción de censura que la oposición -formada por El Pi, PSOE y Més per Maria- va a interponerle en breve. El alcalde añadió: "Si estos tres partidos se entienden tienen la obligación de poner una moción de censura en lugar de entorpecer al partido que gobierna. Una oposición que tiene mayoría y no deja gobernar, mejor que censure al equipo de gobierno; se entiendan entre ellos y administren el ayuntamiento para el bien del pueblo y los vecinos".

Mulet insistió en que desde el principio de la legislatura se han dedicado a obstaculizar su trabajo y el de sus concejales, "No se han podido consensuar comisiones tan esenciales como la referida a las normas subsidiarias o la de la relación de puestos de trabajo. Ni siquiera una muy sencilla como es la de establecer las prioridades del Pla d'Obres i Serveis. Aunque es cierto que esta última se concretó al final, en el último pleno, por el sistema de votación popular".

Paralización

Mulet prosigue explicando que "todas estas comisiones siempre quedaban paralizadas y las propuestas encima de la mesa sin posibilidad de acuerdos".

De la última reunión de los grupos de la oposición ha trascendido que la alcaldía se la repartirán El Pi y Més; bien un año y medio cada uno o los tres años uno de estos dos partidos (es algo que aún no está cerrado). Los dos representantes del PSOE han renunciado a la alcaldía.

La moción de censura era una espada de Damocles que el partido en el poder tenía encima desde el principio de la legislatura y que no se concretó por las importantes diferencias que había entre los distintos grupos. Discrepancias que ya se pusieron de manifiesto al intentar un pacto de gobierno después de las elecciones municipales.

El Partido Popular gobierna el ayuntamiento en minoría, dispone de cinco concejales; los tres partidos de la oposición tienen dos ediles cada uno.

Tras las elecciones del año pasado todo parecía indicar, como ya hemos dicho, que habría un pacto a tres bandas, formado por El Pi, PSOE y Més, pero no cuajó por diferentes problemas, de manera especial la duración de cada partido en la alcaldía.

El Pi, como fuerza más votada, quería tener el alcalde durante los cuatro años, algo que socialistas y nacionalistas no aceptaron en aquel momento. Ahora todo parece indicar que las posturas están mucho más cercanas y distendidas, por lo que es casi seguro que la moción de censura llegará a buen puerto.