La clausura de la Fira Medieval de Capdepera sobrepasó ayer las expectativas de afluencia de visitantes, que hablaban de 70.000 personas. La aglomeración de visitantes en la última jornada dominical provocó largas colas para comer en los puestos gastronómicos, al tiempo que animó las previsiones de ventas en los diferentes puestos.

Una muestra de la gran afluencia fue que algunos visitantes se quedaron ayer sin comer, después de hacer largas colas, al tener que cerrar los puestos por falta de género. El numeroso público colapsó también los árcenes de las carreteras de acceso al pueblo, que se convirtieron en estacionamientos improvisados por el colapso de las zonas de aparcamiento.

Consultados algunos comerciantes que acuden a la Mostra, atribuyeron el éxito de asistencia al Mercat Medieval al buen tiempo, a pesar del granizo caído en la mañana del viernes, junto con los precios moderados de los puestos, que invitan a la gente no sólo a la visita, sino también al consumo.

Industria turística

La edición de este año acaba, de esta manera, con un balance muy positivo, especialmente desde el punto de vista de la dinamización turística, porque, según han informado fuentes del sector, la ocupación ha sido muy elevada en estos días.

La jornada de ayer empezó temprano. A las 10 de la mañana, la animación de la muestra ya se apoderó del Castell, con la presencia de artesanos de diferentes ámbitos.

Acompañamiento musical

El acompañamiento musical posterior lo pusieron los xeremiers de Puig de Sa Font, que salieron desde la plaza del Orient hasta llegar al Castell.

El programa de actos incluyó espectáculos de faquires y contorsionistas en la Plaça des Sitjar de Capdepera.

A lo largo del día hubo cercaviles para todos los gustos: de miedo; protagonizados por la banda de música de Capdepera, y con el título de Les disputes de l'ase.

La clausura del mercado vino de la mano de la Coral Gabellina y del estudio de danza Stylo, con el cuento La llegenda de Sant Jordi.