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Entrevista

Lina Prats: "A los que quieren una operación bikini exprés les digo: 'Quítatelo de la cabeza'"

"Hace mil años que no como una pizza en un restaurante. Sólo el día final de alguna competición" - "Entreno una hora al día. Puede parecer poco, pero es que son entrenamientos muy intensos" - "Ha habido cierta estigmatización del culturismo, pero la imagen ha mejorado"

La ´calvianera´ Lina Prats, durante una competición.

Un póster de tamaño natural de Lina Prats en plena competición recibe a los usuarios del gimnasio APT Center, en el polígono de Son Bugadelles (Santa Ponça, Calvià). Ella cuenta que algunos de sus clientes, cuando entran por primera vez en la sala, le dicen mientras miran la foto: "¿Y yo en cuánto tiempo me voy a poner así?". Prats contesta que un cuerpo saludable no se obtiene de la noche a la mañana. Se necesita tiempo. "¡Yo entré con 10 años a un gimnasio! Empecé con el judo y después seguí con el aeróbic, el 'step', el 'spinning' y, ahora, el culturismo natural", explica.

-¿En qué se diferencia el culturismo natural de otro tipo de culturismos?

-En el natural no necesitamos ayuda, por decirlo de alguna manera. Nosotros nos basamos en la alimentación y el entrenamiento, claro. Ahora que me preparo para ir al clasificatorio para el Europeo de París, que es el 21 de mayo, entreno cada día.

-¿Cuánto hace que no come una pizza?

-¡Uf! Hace... Déjeme pensar. En un restaurante, hace mil años. Lo que sí es verdad es que, cuando estamos en el último día de un campeonato y ya hemos hecho el pesaje, tenemos que comer grasas a tope, porque durante la competición las hemos ido bajando. Ahí sí, pizza, patatas fritas, huevo frito... Algunos comen helado, [galletas] Oreo, alimentos con azúcares altos en grasas.

-¿Y un buen chuletón de ternera hace cuánto que no se lo come?

-¡Pero si comemos mucha carne! Acompañada de verdura, eso sí. Generalmente, el acompañamiento de verdura es el doble de la ración de carne. La verdura, a ser posible, cruda, porque, cuando la cueces, pierde minerales.

-¿Cuántas comidas hace al día?

-Cinco. Cada tres horas.

-¿En qué consiste su menú tipo?

-200 gramos de pollo, por ejemplo. Si puede ser, hervido. Brócoli, espárragos... Cuando estoy en preparación, 150 gramos de pescado blanco.

-Usted debe sufrir cuando ve uno de esos programas de cocina que ahora proliferan tanto en televisión.

-No, no. ¡Me encanta cocinar! De hecho, tengo un blog que se llama 'Saber comer', donde cuelgo recetas naturales.

-¿Cuántas horas dedica usted cada día a ejercitar su cuerpo en el gimnasio?

-Una hora.

-¿De verdad?

-Parece poco, pero los entrenamientos son muy intensos. Y, cuando llevas 45 minutos, ya ni sientes las piernas.

-¿Y falla algún día a su cita con el gimnasio?

-Algún día sí. Pero, en este caso, tengo que decir que, si fallo una vez, al día siguiente hago el doble para recuperar lo perdido.

-¿Qué valoran los jueces en las competiciones de culturismo natural?

-La definición, pero que no sea una definición porque hayas dejado de comer. Valoran que el músculo sea tenso, rocoso, grande, que la definición sea buena, natural, que [el cuerpo] no se vea deshidratado.

-Hoy en día se habla mucho en los gimnasios del concepto de vigorexia, el de aquellos que se pasan de vueltas con el culto al cuerpo.

-El que se pasa es porque no le basta lo natural y prueba otras cosas. Recurren a testosterona [artificial] y no se dan cuenta de que es contraproducente, porque dejan de producir entonces testosterona natural.

-¿Qué opina usted, ahora que viene el verano, de estas operaciones exprés para lucir cuerpo en la playa?

-Es verdad que viene gente en preparación bikini. Señalan una foto mía que tengo en el gimnasio y dicen: "¿En cuánto tiempo me voy a poner así?". Lo primero que les contesto es: "Quítatelo de la cabeza". Un cuerpo saludable necesita tiempo. Yo he estado años. Entré en un gimnasio con 10 años e hice judo hasta los 21. Fui cinturón negro. Después, vino el aeróbic, el step, el spinning... Yo les advierto de los riesgos [de querer ir demasiado deprisa].

--Algunos cuestionan a veces que determinados cuerpos de culturistas sean estéticos.

-Es que ven un cuerpo rocoso, grande y ya enseguida piensan: "Se está dopando".

-¿Puede decirse que los culturistas han sufrido cierta estigmatización?

-Sí, antes sobre todo. Ahora la imagen del culturismo natural ha mejorado últimamente.

-¿Cómo afronta la recta final de una competición?

-En la primera competición en la que participé, tres meses antes no probé la fruta. Sin carbohidratos. Sólo verduras. El último mes, metía un kilo de ternera picada y eso era mi comida durante todo el día. La acompañaba con un tupper de verduras. Pepino, hinojo...

-¿A sus alumnos les aconseja esta alimentación?

-Hay que dejar claro que ésta es una alimentación enfocada para una preparación. No se la doy a un cliente que viene sólo para buscar un cuerpo saludable. No les suelo quitar los carbohidratos, aunque sí se los modero. Cuando entrenamos, aconsejo tortitas de avena, con claras de huevo. Estas tortitas sí que las aconsejo cada día. Una hora antes de entrenar, 150 gramos de boniato o patata, al vapor. Y, cuando terminan [el entrenamiento], puedes acompañar la carne con un poco de arroz.

-¿Por qué recomienda usted practicar esta disciplina deportiva?

-Lo recomendaría, porque el sentirse bien con uno mismo es básico para ser feliz. Si uno se ve bien, eso te estimula y mejora tu autoestima.

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