Varios miles de personas llenaron Sóller durante la jornada de ayer con motivo de su domingo de ferias. En las horas centrales del día las calles se quedaron pequeñas con los transeuntes y los chiringuitos de feria atestados de público.

La jornada dominical arrancó con buen tiempo y sol, aunque poco a poco las nubes fueron cubriendo el cielo. Nada nuevo si se tiene en cuenta que el viernes por la noche la verbena tuvo que acabar antes de tiempo y las intensas lluvias que se registraron a lo largo del sábado que obligaron a modificar el horario de algunas actividades.

Lo cierto es que ayer los sollerics y los foráneos fueron fieles a la tradición del segundo domingo de mayo en el que Sóller se viste de feria. A las 11 de la mañana la parroquia fue el centro de la fiesta con la misa mayor que presidieron Marià Gastalver, Bartomeu Barceló y Mateu Tous, en una cita en la que no faltaron las autoridades y las Valentes Dones. Tras la misa la Banda de Música ofreció su tradicional concierto en la plaza de la Constitución con el baile que abrieron las Valentes Dones: Naomi Arbona y Francisca Morey.

A parte de estas actividades, el otro foco de atención se localizó en el eje formado por la Gran Via, la calle Cetre y su aparcamiento. En estos espacios se instalaron las feria de artesanía, la exposición de automóviles y la Mostra Ramadera. Sin duda, este último espacio, fue uno de los más concurridos de la jornada en el que los visitantes pudieron observar animales de diversas especies, labores tradicionales relacionadas con la ganadería, una 'barraca' y un 'coll de filats', así como el parque móvil del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil o del departamento de Caza del Consell.

En el Casal de Cultura se fallaron los premios de la tradicional exposición de plantas y flores de Sóller.

Mientras tanto, las calles del centro de la ciudad vivieron un auténtico bullicio de gente que poco a poco regresó a sus casas para celebrar en familia el domingo de ferias. Y como no, el plato por excelencia fue el guiso de caracoles. Las actividades concluyeron anoche con la entrega del Reconeixement de Mèrits de Can Dulce que este año fue a parar a Joan Socías y la quema de ron, el primer acto ya enmarcado en el Firó que Sóller revivirá a lo largo del día de hoy.

Efectivamente, todo ya está preparado para que el valle reviva los simulacros de batallas entre moros y cristianos que en la edición de este año viene marcada por la obligación de que los asistentes lleven pulseras para evitar la masificación. Finalmente, el aforo máximo permitido será de 8.000 personas, entre participantes y público.