Lloret de Vistalegre estrenó ayer una feria diferente, en el que el arte, la cultura y la gastronomía han tenido mucho más peso que en las anteriores ediciones. La pequeña localidad del Pla se vistió de gala para acoger a centenares de visitantes, que pasearon durante toda la mañana por las diferentes muestras de coches antiguos y exposiciones de esculturas de instrumentos musicales elaborados con hierro y zinc por el artista Andreu Quetglas. También hubo muestras de artesania de vidrio de Menestralia y de esculturas de hierro de Antonio Serón, además de una interesante exposición de fotografías antiguas de la sociedad 'lloritana'.

En la calle, a partir de las once de la mañana se celebró una demostración de tiro con honda y diversos conciertos de música folklórica. Una de las actividades que llamó más la atención del público asistente fueron las diferentes actuaciones programadas por el Circ Bover, con espectaculares números de acrobacia que levantaron numerosos aplausos entre el público.

Ya por la tarde, se llevó a cabo una demostración de baile moderno en la Plaça de Jaume I y los más pequeños pudieron deleitarse con la animación infantil de los Petits Pirates. Otro acto que despertó mucho interés fue la 'gran revetla de gloses', que contó con la participación de los 'glosadors' más ingeniosos de la isla.

La feria de Lloret empezó ya el sábado con la apertura de la Mostra de Cuina, que ofreció platos originales y sabrosos por el módico precio de tres euros. La de este año ha sido una feria diferente.