-¿Qué comunica la música a la sociedad y principalmente a los niños?
-La música comunica a la sociedad y a los niños que somos seres sensibles, pero que, por encima de todo, somos capaces de interactuar en plena coordinación, aportando cada uno desde sus capacidades e intereses, para conseguir un objetivo común que denote belleza, armonía, respeto mutuo, diversión y mejora en todos los sentidos.
-¿A qué nivel situaría la música en estos momentos en Mallorca?
-Creo que Mallorca está experimentando un auge de profesionalización musical muy destacado. Por suerte, cada día somos más los que creemos en la cultura, la cooperación, el perfeccionamiento y la liberación de prejuicios como las mejores armas para cambiar a mejor la sociedad que nos rodea.
-¿La abundancia de corales provoca la disminución de actuaciones de las que tienen más renombre como la Escolanía de Lluc?
-Rotundamente no. Gracias a la abundancia de corales todos nos enriquecemos a partir de la forma de trabajar de cada conjunto, de la creatividad de cada director que nos puede enseñar que la música es tan rica en matices que sus múltiples interpretaciones, sus múltiples posibilidades, nos ofrecen infinitas formas de aprendizaje y de gozo artístico.
-¿Qué le ha supuesto desde el punto de vista personal dirigir la Escolanía de Lluc desde hace más de una década?
-Dirigir la Escolanía sigue suponiendo para mí un reto importantísimo. Es, sin duda, la mejor oportunidad profesional que he tenido y creo sinceramente que soy una persona afortunada en el trabajo que desarrollo. Disfruto porque puedo trabajar más de siete horas semanales con la coral. Para un músico es algo muy especial el trabajo directo con otras personas y, aún más, con niños y niñas.
-¿Cómo cree que valora la sociedad mallorquina a los Blauets?
-Creo que le da un valor histórico muy destacado, pero también estoy convencido que al escuchar hoy a la Escolanía se dan cuenta del trabajo constante, actual y meticuloso que les permite ofrecer su mejor versión musical y pedagógica.
