Unas cuarenta urbanizaciones de Mallorca que aún no disponen de red de alcantarillado viven con incertidumbre su situación. Diferentes ayuntamientos confían en que el Govern balear prorrogue el plazo fijado para que los residenciales tengan su pertinente sistema de saneamiento, un plazo que expira a finales de junio, concretamente por Sant Joan. Conocidas urbanizaciones de la Part Forana y Palma, en el punto de mira.

Se espera que antes de 2018 haya una nueva Ley del Suelo y que ésta contemple excepciones, como por ejemplo en el caso de Cala Pi, Vallgornera y es Pas (Llucmajor). Las ayudas de Europa no llegan y cada vez parece más complicado que puedan ejecutarse las obras de un alcantarillado especial valorado en entre 12 y 15 millones de euros, debido a la existencia de unas extraordinarias grutas subterráneas (de las más grandes de este tipo en Europa).

Por ello, en el pleno de ayer del ayuntamiento de Llucmajor, se aprobó por unanimidad (equipo de gobierno Més, El Pi y PSOE y oposición PP, ASI y Sí Se Puede) solicitar una nueva prórroga al Govern balear.

Cala Pi, Vallgornera y es Pas son urbanizaciones consolidadas y muchos propietarios tienen derecho a construir en sus terrenos. A resaltar el elevado número de titulares de procedencia extranjera El consistorio aún no ha cumplido con su deber de dotación completa de servicios. Eso sí, tiene el compromiso de exigir a cada nuevo promotor que habilite un sistema propio de recogida de aguas residuales, fosas sépticas con garantías medioambientales.

Preocupa que el caro alcantarillado proyectado (tuberías casí en superficie para no dañar las catalogadas cuevas) pueda paralelamente implicar en el futuro una inasumible cantidad de agua, un bien, de todos es sabido, escaso.