La "fiesta del futuro" nació en Deià y su padre es Llewelyn Graves, un DJ que se cansó de la vida nocturna y está transformando el concepto del ocio en el pequeño pueblo mallorquín. Este ritual sin drogas ni alcohol, donde solo caben baile y endorfinas, ha ido ganando cada vez más adeptos, pero se toma vacaciones. Su documental ya es viral con más de 30.000 visitas y compartido por miles de personas de todo el mundo.

La Wake Up Dance de ayer, sábado 9 de abril, fue la última "por un tiempo" y estuvo abarrotada en su despedida. Su artífice, también conocido como Nin Petit, decidió "viajar a América". En su página de Facebook anuncia que quiere "renovar energías antes de empezar con un nuevo formato".

Desde hace meses, pinchaba cada sábado por la mañana durante horas y de manera totalmente gratuita en Sa Tanca, frente al bar de Sa Fonda. Iniciada la temporada, Deià se queda sin Wake Up, y muchos ruegan que "vuelva pronto" porque ya se ha convertido en un "espacio necesario", como explica una Wake Up Dancer en el corto de Historias Mínimas: "Un espacio de seguridad donde poder ser libre, ser una niña, jugar, saltar?"

Así, en el "paraíso" del escritor Robert Graves, un nieto del inglés enamorado de Mallorca, consigue que los danzarines lleguen "al trance". Llewelyn explica que "la sesión es una ola, empezando suave, luego subiendo, haciendo clímax, y después bajando. Al empezar suave uno se evita tirones y males movimientos".

Lo cierto, es que los bailarines viven una transformación siguiendo el ritmo que propone Llewelyn, que consigue "escoger las canciones que nos ayudan a vibrar en sintonía", aseguran. "Para mí, es un movimiento sano, en el que se trata de escuchar a tu cuerpo y dejarlo llevar. A veces me dicen que no sabemos bailar y puede ser verdad, pero sabemos sentir", señala otro Wake Up Dancer.

"Mi sueño es que seamos un grupo fuerte, que aunque sea reducido, esté el 100% para el baile y que entienda la filosofía de la Wake Up: llegar al éxtasis y la diversión máxima a través del baile, la música y la energía grupal", afirma Llewelyn que promete que volverá pronto "pero de otra forma y quizás en otro lugar".

Wake Up DanceLlewelyn, un DJ que se cansó de la escena nocturna, está transformando el concepto de ocio en el pequeño pueblo mallorquín de Deià. Cada sábado por la mañana pincha durante horas y de manera totalmente gratuita ante todo aquel que quiera escucharle. Avisa que en su fiesta no caben ni el alcohol ni las drogas. Sólo las endorfinas.En colaboración con Tarek Serraj y muchas gracias a Wake Up Dance.Llewelyn, a DJ who grew tired of the night scene, is transforming the idea of going out from the small Mallorquín village of Deià. Every Saturday morning for a few hours, he shares his passion for music for free with all those interested. At this party, there's no booze or drugs. Only endorphins.Posted by Anorak Films on Miércoles, 6 de abril de 2016

EL VIRAL DE LA WAKE UP DANCE

Del otro lado de la cámara, está Anorak Films, de Marisa Candia Cadavid y Carwyn Jones, que junto a su socio Tarek Serraj, han sido los responsables de registrar la historia tan singular de la Wake Up Dance. Asombrados por "la repercusión internacional" del vídeo que publicaron en su página de Facebook, indican que el documental ha tenido 31.000 reproducciones, casi 100.000 personas alcanzadas y se ha compartido 682 veces, teniendo en cuenta que estos números varían todo el tiempo.

"Hemos leído comentarios de gente en Australia, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra. Además de algunos otros que hemos tenido que traducir con la herramienta de Facebook porque no sabíamos en qué idioma estaban", comenta Marisa Candia Cadavid. "También ha habido una chica en Mallorca que propone empezar algo igual en Santanyí", añade. Desde Anorak Films señalan como un dato llamativo, que "la mayoría de los comentarios están de acuerdo con la tesis de la Wake Up Dance y esperan que algún día divertirse sea así".

"Estamos felices porque la repercusión de este vídeo nos demuestra que no estábamos equivocados, hay realmente un público para estas Historias Mínimas que aunque pequeñitas y locales, si se cuentan de un modo diferente, se pueden volver universales", celebra Marisa que concluye. "El mensaje más importante es que el medio digital funciona si las historias son buenas y humanas y si se cuentan de una manera breve y con un lenguaje sencillo y universal". La prueba está en lo lejos que ha llegado la historia de la Wake Up Dance, mientras por el mundo se propaga el deseo de que "ojalá, en el futuro, las fiestas sean así".