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Manacor

El universo vital y lingüístico de mossèn Alcover ha 'atrapado' ya 27.000 visitantes

La magna obra del 'Diccionari Català-Valencià-Balear' y el 'Aplec de Rondaies' protagonizan un museo en Manacor

Las visitas guiadas duran unos 60 minutos. I. P. A. M. A.

Está a la altura de los mejores, los famosos hermanos Grimm, Perrault, Afanásiev, etc. Es lo que constata uno al salir del espacio museográfico dedicado a Antoni M. Alcover Sureda (Manacor, 1862-Palma, 1932). Abrió sus puertas de forma oficial el 2 de febrero de 2014 y ya ha atrapado a unos 27.000 visitantes. El objetivo de tan singular museo: enaltecer la figura del ilustre mossèn, filólogo, folclorista, arquitecto, periodista, pintor, historiador, investigador y promotor cultural. Sobresale la obra del Diccionari Català-Valencià-Balear y el Aplec de rondaies mallorquines.

Magdalena Gelabert, directora de la Institució Pública Antoni M. Alcover, explica que las visitas guiadas (gratuitas) tienen una duración de aproximadamente una hora. En muchas ocasiones, la institución se adapta a las solicitudes de grupos de estudiantes, participantes en intercambios culturales, asociaciones de mayores, colectivos diversos, empresas, etc.

El museo se ubica en la sede de la Institució (exactamente en la primera y segunda planta), amoldándose al catalogado casal de mediados del siglo XIX, can Socorrat (restauración proyectada por la arquitecta Magdalena Llinàs). Se distribuye en dos áreas: la primera dedicada a la trayectoria vital de Alcover, inseparable del diccionario -obra única en Europa que sumó casi 2.000 colaboradores-, y la segunda al mundo de los cuentos -recogió más de 400 rondalles-. Llama la atención el aplaudido diseño de Ignasi Cristià, destacado profesional (web www.ignasicristia.com).

La llengua catalana, las palabras, calaixeres, cèdules, Lletra de Convit, Eixides filològiques, Bolletí del Diccionari de la Llengua Catalana, viajes al extranjero, el I Congrés Internacional de la Llengua Catalana en Barcelona (1906), creación del Institut d'Estudis Catalanas (1907)... El universo vital y lingüístico de Alcover resulta extraordinario. No faltan objetos personales, fotografías, cuadros, etc. La sala de los espejos, reveladora, al igual que el audiovisual. No en vano, confluyen tradicionales narraciones europeas, interpretadas con diferentes matices según el territorio. ¿Sería Magraneta, Blancanieves?

Se da el caso que el mismo casal de Can Socorrat seguramente serviría de argumento para una rondalla puesto que estuvo a punto de convertirse en una gran superficie comercial Lidl.

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