El ayuntamiento de Sineu, gobernado por una coalición entre la formación progresista Gent per Sineu y El Pi, ha iniciado la aplicación de la nueva ordenanza de ocupación de la vía pública, una normativa que tiene el objetivo de compatibilizar el derecho de los establecimientos de disponer de terrazas exteriores con el de los peatones para circular libremente por la localidad.

Una de las primeras actuaciones municipales ha consistido en marcar el suelo donde los locales de restauración quieren instalar terrazas con el objetivo de delimitar el espacio que deben tener las zonas exteriores de los establecimientos. El punto más conflictivo de la localidad se concentra en la plaza de la iglesia, donde existen diferentes establecimientos con terrazas que en ocasiones dificultan el paso de los peatones y de los vehículos, una vieja polémica que el nuevo equipo de gobierno pretende zanjar de una vez por todas con la ordenanza en la mano. Cabe recordar que sa Plaça es uno de los espacios emblemáticos de la localidad del Pla, cuyo centro histórico está declarado como Bien de Interés Cultural por su valor patrimonial y arquitectónico. De hecho, un sector de la sociedad sineuera considera que la plaza debería ser totalmente peatonal, aunque esta idea siempre ha contrastado con la opinión de los comerciantes de la zona, temerosos de que una reducción del tráfico sea malo para sus negocios.

En cualquier caso, el Ayuntamiento todavía está pendiente de un estudio de movilidad encargado a una empresa externa. Este documento servirá como referencia al equipo de gobierno para decidir si conviene o no cerrar el tráfico en la plaza. Hace unos meses, el Ayuntamiento aseguró que la regulación del tráfico se realizaría a principios del presente año y que seguramente se permitirá solamente el aparcamiento a los vehículos que realicen carga y descarga de mercancías.

Las nuevas terrazas deberán someterse a la nueva ordenanza para dejar más espacio a los peatones y también a los vehículos mientras estos sigan circulando en la plaza. Según la nueva normativa, los bares y restaurantes con terraza sobre una acera deberán dejar 1,2 metros de paso para los peatones. También se unificarán las cuestiones estéticas.