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Sa Pobla

Crestatx, más que un sentimiento

Está documentado que en el siglo XIV ya se celebraban dos fiestas anuales en el oratorio y que en sus orígenes fue el embrión de la fundación de sa Pobla d'Uialfàs

Histórica fotografía datada en 1960 en la que se observa a los 'barratiners' y tras el trono a Pau Torrens, 'es batle de sa Pols'.

Estos días posteriores a la Pascua de Resurrección, la mayoría de pueblos de Mallorca celebran sus 'pancaritats' visitando en romería las ermitas de su término municipal, cumpliendo así, con una tradición arraigada desde hace siglos. Los poblers rinden casi obligada visita al oratorio de Crestatx, que bien puede decirse es una de las romerías más concurridas, con la asistencia a la misma de los propios habitantes del municipio y también de otras localidades.

La devoción de los poblers por Crestatx y su Santa Margalida, arranca antes de que sa Pobla d'Uialfàs fuera declarada villa por el rey Jaume II, el año 1300. El documento más antiguo que menciona el oratorio de Crestatx, está datado el año 1285, lo que hace pensar que éste debió edificarse poco después de la reconquista catalano-aragonesa.

Primera parroquia

Cuenta la historia que "esta iglesia de gusto arcaico y sencillo, fue la primera parroquia de sa Pobla, sirviendo de cuna a los fundadores de esta villa marjalera [?] Después de que el Rey En Jaume II la hubo declarada villa real, entonces caserío con aspecto de villorrio, empezaron a alejarse de Crestatx sus pobladores, en busca de tierras más fértiles y próximas a s'Albufera levantando un nuevo templo un poco más lejos. Pero nunca olvidarían a su Santa Margalida estimada, que si antes únicamente presidía este receso de devoción, más adelante ampararía todo el término como patrona de sa Pobla d'Uialfàs".

Desde el siglo XIV, se tiene constancia de las fiestas anuales que ya entonces se celebraban en Crestatx , la de Santa Margalida y otra de la que no se consigna fecha. Ambas con missa de tres i altar fumat con predicador foráneo, asistencia de autoridades y todo el clero, xeremiers, juglares, y la celebración de carreras pedestres, daban relieve a la fiesta.

Según el Libro de Visitas Episcopales del año 1609, "no faltaba el sacerdote, que celebrara misa en el oratorio de Crestatx, los domingos y fiestas de guardar" y en el siglo XVIII se estimularía, todavía más, la devoción cuando el Papa Pío VI le concedió rescripto de jubileo. Un documento del siglo XVI afirma que aquellos días de fiesta en Crestatx, "no quedaba ninguna persona en el pueblo, excepto los más viejos y enfermos".

Multitudes

En una crónica de la revista Sa Marjal de 1909, comenta el vicario Parera que acudieron a la romería "585 carros, que, poniendo una media de ocho personas por cada uno, suman la cifra de 4.680 romeros, y eso prescindiendo de los que hicieron el camino a pie, bien formando la procesión o fuera de ella".

En otra crónica, la citada revista, relata extensamente como fue la fiesta de Crestatx el 13 de abril de 1909 y dice: "Acuden unos mil carros, quedando en la villa los cuatro viejos y discapacitados. El clero, los barratiners y el pueblo acompañan a Santa Margalida. Encontramos la plaza del oratorio llena de avellanas, garbellons y naranjas de los que los mozos llenan cestos para regalarlas a sus enamoradas. Se considera una ofensa no disponer de empanadas para comérselas en Crestatx. Se canta el alegre oficio de tiempo pascual y mossèn Parera pronuncia un largo sermón que gusta mucho. No queda nadie que no vaya a besar a la Santa y la Virgen de Lourdes". Son citas documentadas que atestiguan la ancestral celebración del pancaritat en Crestatx por parte de los poblers.

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