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Calvià

"Punta Ballena sigue viva"

Al menos una quincena de establecimientos de ocio de la calle de asueto nocturno por antonomasia realiza reformas de cara al inicio de un verano - "En los 80, decían también que estaba acabada, y han pasado ya 36 años", dice un empresario

Una panorámica de Punta Ballena, en el verano de 2015. alejandro fernández

Relegada a nivel mediático por las noticias sobre el alud de reformas de los hoteles de su entorno, la aplicación de normativas restrictivas, las declaraciones de zonas turísticas maduras, los planes renove a tres años vista y los anuncios políticos de un nuevo Magaluf, Punta Ballena lleva meses en un segundo plano. Sin embargo, que nadie piense que el modelo de fiesta nocturna está agotado. Al menos, no para los empresarios. "A Punta Ballena, de momento, no se la van a cargar. Está viva. Se sigue invirtiendo, y mucho", lanzaba esta semana un conocido empresario de la principal calle de ocio nocturno de Calvià.

Un dato corrobora esta afirmación. Al menos, una quincena de establecimientos de la arteria se hallan embarcados en reformas, según apuntan fuentes del sector. "Y de ellos hay seis u ocho grandes proyectos de inversión, tanto en fachadas como en interiores", indica otra fuente con décadas de experiencia en la calle más controvertida de Mallorca.

Los locales de ocio de Punta Ballena mantienen, pues, su apuesta por la inversión. "Otros, en cambio, no pueden decir lo mismo. Hay hoteles que se han puesto ahora a poner ladrillos. Nosotros llevamos años reformándonos", señala un propietario de locales de ocio. Alguna de estas inversiones, remarca, llega al millón de euros.

La tormenta mediática y política de los últimos años remitió en 2015, tras la entrada en vigor de las nuevas ordenanzas municipales que restringían sobremanera el pub crawl (las excursiones etílicas organizadas), prohibían el consumo de alcohol en la calle por las noches e introducían nuevas medidas contra el incivismo.

En plena tormenta desencadenada por los escándalos sexuales, no fueron pocas las voces que se alzaron para proclamar que Punta Ballena tenía los días contados, en aras de un nuevo Magaluf.

"En los años 80, ya decían que Punta Ballena estaba acabada. Han pasado 36 años, y sigue ahí", manifiesta otra fuente empresarial. "Se ha pisoteado no sólo el nombre de Magaluf, sino el buen nombre de Calvià. ¿Quién no está en contra de las cosas descontroladas? Casi todo el mundo lo está", señalan personas con experiencia en la noche de Punta Ballena, en alusión a escándalos de trascendencia planetaria como los concursos de felaciones durante las excursiones etílicas, de los que ahora abomina todo el mundo.

Un pub crawl que, por cierto, el año pasado no desapareció de las calles de Magaluf, pese a las nuevas ordenanzas. "Se organiza de día. Alcohol, drogas, dinero negro. Esto se tiene que quitar sí o sí. Ésta es la peor imagen que se puede dar [de Magaluf]", dice un propietario de locales de ocio.

Mirando el futuro

De cara al futuro, dos son las principales reivindicaciones que planean sobre el colectivo de empresarios de esta calle. Primero, dicen, Punta Ballena no debe quedar al margen de los proyectos de embellecimiento viario que se desarrollan actualmente en su entorno.

"La remodelación que se hace en la Avenida Magaluf [el Bulevar] tendría que llegar a Martín Ros García", afirma una fuente empresarial, que recuerda que la reforma que se hizo en época de la alcaldesa Margarita Nájera ya ha quedado "obsoleta".

La rehabilitación, que ya sugirieron los representantes municipales en la presentación del futuro plan general, debería centrarse en la sustitución del pavimento, en opinión de empresarios de Punta Ballena. "Es un tipo de pavimento que facilita que se incrusten el alcohol y la comida de los 'take away", explican.

Pero hay otra cuestión que sigue sin resolverse del todo en Punta Ballena: las cuantiosas multas pendientes de la época de la prohibición de los tiqueteros, unos relaciones públicas de los bares que ahora están regulados por una ordenanza. Se trata de un contencioso que se arrastra desde hace años en los tribunales sin que todavía se haya dado una respuesta definitiva.

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