La procesión del Camí de la Creu, una de las más solemnes de cuantas se celebran en Inca y en toda Mallorca, partió anoche a las 21 horas de la parroquia de Santa Maria la Major.

Este acto religioso es uno de los más renombrados precisamente por su austeridad y seguimiento. El difunto obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, la destacó hace años como una de las más sentidas de la isla.

Desde la primera estación no sólo desfilan las nueve cofradías de la ciudad, sino que los espectadores que la ven pasar se van agregando al final hasta formar un largo desfile de varios miles de personas.

El acto comenzó ayer puntualmente en la iglesia parroquial donde el predicador de este año, mossèn Francesc Vicens i Gomila, párroco de Pollença y del Moll hizo la primera de las reflexiones para los congregados. En esta primera estación se rememora la condena a muerte de Jesucristo.

Cabe destacar que este año se agregó una nueva estación a la procesión. La segunda: Jesús carga la Cruz, fue la novedad. Se efectuó ante la capilla de la Residencia de Ancianos Miquel Mir, que ha sido elegida casa santa por la nueva cofradía de la ciudad: la de Jesús en el Huerto de Getsemaní.

Las estaciones se efectúan en las casas santas de cada cofradía. Así la segunda era, hasta este año, la que se llevaba a cabo en la iglesia conventual de Sant Francesc -Jesús cae-, que, evidentemente ha pasado a ser la tercera.

Las demás estaciones se llevaron a cabo en los siguientes lugares: Jesús se encuentra con su madre -Iglesia de Crist Rei-; El Cirineo ayuda a portar la Cruz -Sant Domingo-; La Verónica enjuaga la cara de Jesús -La Salle-; Jesús es despojado de sus ropas -Sant Bartomeu-; Jesús es clavado en la Cruz -La Pureza-; Jesús resucita -Santa Maria la Major-.