Cuando Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) concedió a la empresa Bruc-Boal, la posibilidad de fabricar y colocar las vallas y varias casetas de madera a lo largo de la vía verde de Manacor a Artà, a Santi Oliver y tres socios más se les ocurrió una idea, ¿Por qué no montar un servicio de alquiler de bicicletas a ambos lados de línea?.
"Es una trazado llano y sin coches que puedan poner en peligro al ciclista, así que es idóneo para pedalear y disfrutar del paisaje" dice, al tiempo que se muestra feliz con una iniciativa que nació en junio del año pasado "y que aún está en fase de asentamiento... pero somo muy optimistas".
En una sala, cerca del Eroski de Manacor, 130 bicicletas entre de paseo, para niños y eléctricas, esperan ser alquiladas a cinco euros las dos horas, diez si es medio día y quince euros si es para un día entero (con descuentos para residentes).
"Con ella pueden ir tanto por la vía verde, como desviarse hasta la playa en Cala Millor o donde quieran", explica Marisol Martín, quien junto a Miquel Àngel Soto son los encargados del punto de alquiler, que tiene su hermano cerca de la antigua estación de Artà, "así, si alguien se cansa al llegar al otro lado, puede dejar allí la bici y nosotros le llevamos de vuelta".
Es el complemento al turismo de toda la vida, el de la playa, y el sustento vital para muchos catchers, "que se animan precisamente a venir porque pueden hacer su búsqueda en bici". Sobre todo en verano, cuando suizos, alemanes y usuarios de agroturismos cercanos copan casi todos los manillares. Una promoción que se retroalimenta desde las páginas especializadas en viajes de toda Europa "que hacen que muchos extranjeros conozcan la vía verde mucho mejor que los locales. Muchos mallorquines, si no son del Llevant, ni saben qué es exactamente", sentencia Oliver.
Con una inversión cercana a los 70.000 euros, Bicis Verdes, que así se llama la empresa, también ofrece excursiones programadas para grupos escolares, guiadas y explicadas por uno de sus trabajadores.
