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Valldemossa

Los grafitis, orinar en la calle y el botellón se castigan con multas de hasta 3.000 euros

La nueva ordenanza para el fomento de la convivencia ciudadana en Valldemossa sanciona actitudes incívicas contra el patrimonio del municipio

Una panorámica del casco urbano de la localidad de Valldemossa. b. ramon

Valldemossa se pone firme frente a los incívicos. La pequeña y tranquila localidad de la Tramuntana, un hito en las guías turísticas para miles de visitantes cada temporada, no quiere perder su esencia y para ello ha puesto en marcha una ordenanza cívica que introduce sanciones de hasta 3.000 euros. En el punto de mira de las autoridades, se colocan los grafitis, el consumo de alcohol en la vía pública y hacer necesidades fisiológicas en la calle.

La ordenanza para el fomento de la convivencia ciudadana en los espacios públicos del municipio -gobernado por Grup Independent de Valldemossa y La Valldemossa Que Volem- acaba de oficializarse tras su publicación definitiva en el Boletín de la Comunidad (BOIB). En el preceptivo periodo de exposición pública, no se presentó ninguna alegación.

Uno de los apartados de la normativa cívica hace referencia al consumo de alcohol en la vía pública, que queda prohibido, salvo en aquellos casos que cuenten con una autorización puntual del Ayuntamiento, como puedan ser determinadas verbenas o fiestas populares.

Las multas por este concepto oscilan entre los 500 y los 1.500 euros. Las sanciones más graves se reservan para quellos episodios que "puedan alterar gravemente la convivencia ciudadana", como el consumo masivo en la calle -botellón- o cuando se causen molestias a los vecinos y otros usuarios de la vía pública. En un centro histórico con una gran riqueza arquitectónica como el de Valldemossa, la protección del patrimonio constituye otra de las preocupaciones de las autoridades municipales.

Edificios catalogados

Así, se fijan multas severas, de hasta 3.000 euros, para aquellos que realicen pintadas o deterioren monumentos o edificios catalogados. Se castigan además actitudes como rayar o efectuar inscripciones en cualquier elemento del espacio público. En aras de la salubridad, la ordenanza para el fomento de la convivencia ciudadana entra a regular conductas como la realización de necesidades fisiológicas en la calle. En principio, se castigarían con multas de hasta 300 euros. Pero, en el caso de que se hagan en espacios con gran afluencia de personas o en edificios protegidos, la multa puede elevarse a 1.500 euros.

Ese mismo castigo se pueden llevar aquellos infractores que exhiban una "conducta vandálica, agresiva o negligente" en el espacio público, generando situaciones de peligro para la "integridad física de las personas o bienes", se puede leer en el texto normativo. En el punto de mira de la nueva ordenanza cívica de Valldemossa aparecen además los vecinos que no respetan los horarios de la recogida de basura. Las multas en este caso pueden llegar a los 300 euros. La ordenanza fija que los residuos inorgánicos, como puedan ser los objetos voluminosos, tienen que llevarse al Punt Verd municipal.

En cualquier caso, según determinar la normativa municipal, las sanciones económicas podrán ser sustituidas por trabajos en beneficio de la comunidad si así lo decide el Consistorio.

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