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Entrevista

Joan Mestre Ramis: "Los políticos creen que si no dejan su huella la gente pensará que son inútiles"

"Felanitx está malherida Los vecinos se han cansado y han ido abandonando el centro histórico"

Joan Mestre, paseando por el centro de Felanitx, hace unos días. s. sansó

-¿Cuándo nació el movimiento vecinal en Felanitx?

-Oficialmente en 1994. Primero se formaron cuatro asociaciones coincidiendo con las zonas más representativas, para que la gente se sintiera más identificada: las del Convent, sa Font-Abeurador, Santueri y Mancorme a Biniara. Poco después todas quedaron integradas en la Federación de asociaciones para así tener mayor fuerza frente a las instituciones.

-¿Mancorme?

-Sí, es el nombre de una antigua alquería felanitxera. En un principio la asociación debía llamarse sa Torre, pero nos pusieron pegas porque en Manacor ya existía otra con el mismo nombre.

-Usted me está hablando de Felanitx ciudad, pero, ¿qué pasa con las pedanías?

-Efectivamente en las demás localidades del municipio existía un movimiento vecinal; en es Carritxó, Son Valls, s'Horta o Cas Concos, pero prácticamente solo servían para organizar sus fiestas, sin mayores reivindicaciones.

-O sea que las nuevas asociaciones y la Federación nacen para protestar...

-La idea era seguir con el modelo que hubo en distintas ciudades españolas durante el franquismo, es decir que fueran un parlamento ciudadano.

-¿Y por tanto político?

-Está claro que en aquellos tiempos en Madrid o Barcelona las asociaciones vecinales eran donde los partidos podían desarrollar sus estrategias de barrio sin estar legalizados. Yo me refiero a que, además de organizar actividades cívicas, nosotros entendimos, hace veinte años, que las asociaciones debían también tener un carácter social y reivindicativo, donde el ciudadano fuera verdaderamente escuchado.

-¿Ahora ya lo es?

-No. Debería intervenir más en las decisiones que le afectan directamente. Ir a conferencias es pasivo. Por ejemplo, las asambleas ciudadanas solo permiten opinar, cuando lo que debería asegurar el Ayuntamiento es que los vecinos participaran en la preparación de esas misma asambleas. La gente está muy decepcionada.

-¿Los políticos no?

-Los políticos lo que están es celosos. Quieren dejan su huella, porque si no, creen que la gente pensará que son unos inútiles. Pero yo soy de los que cree que el político deber estar, aunque debe preocuparse más de que la gente se sienta representada por él.

-¿Felanitx está tocada?

-Es una ciudad malherida. Creo que todavía quedan aspectos muy positivos, pero también creo que hace falta una mayor voluntad de cambio, de visualizar y pensar mucho mejor qué queremos que sea.

-¿Dónde está el problema?

-Sobre todo en la progresiva degradación del centro histórico. Tenemos el plan urbanístico más viejo de Mallorca. Su problema es que en 1969 protegió el centro sin hacer nada más; sin un plan especial, olvidándose de los criterios o la estética. Así que cada vez que los vecinos han querido reformar algo han tenido que pasar por Patrimonio del Consell, con lo que los tiempos se alargan. En consecuencia la gente se ha cansado y en las últimas décadas se ha marchado al extrarradio o a directamente a Portocolom, donde esos mismos vecinos sí que han invertido, al ver en ello un valor rentable. Al fin y al cabo todo esto es también la consecuencia de tener una sociedad lujosa...

-¿Perdón?

-Sí, es un lujo tener dos casas a poco más de diez kilómetros de distancia, pudiendo elegir.

-Entiendo

-Además, cada vez hay menos población transeúnte. Pocas personas pasean por el centro. Felanitx no es tan grande como para tener que coger el coche para la más mínima gestión. Eso también provoca que la actividad económica del pequeño comercio se vaya a pique.

-¿Y qué opina de los problemas de espacio para aparcar el coche?

-Ha llegado el momento en que no se puede ser tan permisivo con el coche, porque nos perjudica de forma notable a nivel colectivo. Queremos aparcar delante de la puerta allá donde vamos.

-¿Y de que se haya descartado definitivamente el estacionamiento subterráneo de la plaza de ses Palmeres?

-Me parece bien. Era absurdo. Existen elementos etnológicos debajo, acequias, aguas residuales y un terreno arcilloso que hubiera sido casi imposible controlar. Además, había problemas de espacios y servidumbre. Creo que era una mala idea.

-Así que la solución para recuperar el centro sería...

-Llevar a la gente hasta allí a través de actividades ciudadanas. Alquilando locales, uniendo, por ejemplo, las distintas escuelas de baile en un solo espacio. Creando edificios reconvertibles. Me consta que el Ayuntamiento ha ido rechazando casas regaladas en pleno centro porque tenían alodios. El mercado ya no tiene sentido, hay pocas paradas y no hay pescadería, así que creo que debería transformarse en otra cosa. Se trata de pensar y organizar el ocio colectivo a partir del centro. Después, a nivel de todo Felanitx, es evidente que faltan instalaciones.

-¿La plaza de toros de La Macarena podría ser una de esas instalaciones o cree que comprarla costaría demasiado?

-Es una instalación con una forma y una función específica que necesitaría ser reformada. Sería más eso que lo que costaría en realidad, porque creo que la propiedad no pondría demasiadas pegas en regalarla directamente. Es una posibilidad.

-¿Qué opina de que el Sindicat todavía no sea de todos los 'felanitxers'?

-Creo que así como el propietario ha tratado el inmueble desde 1990 no es para hacerle demasiadas concesiones. Pedir tantas valoraciones sobre qué cuesta el edificio es debilitar la postura del Ayuntamiento y del Govern. Creo que ya debería haber empezado la expropiación. No tiene sentido valorar el edificio por metros cuadrados cuando la propiedad lo adquirió en subasta junto a otras cosas. Se ha perdido el tiempo.

-¿Para qué podría servir?

-Aparte del espacio que necesite Miquel Barceló, el resto podría servir como museo del vino o como el museo marítimo de Mallorca, un espacio que viene reclamándose desde hace años. Por su altura es Sindicat podría acoger perfectamente los mástiles, lo que podría completarse con un segundo espacio en las aguas de Portocolom.

-¿Se ha gestionado mal?

-Nos hemos zancadilleado a nosotros mismos. La construcción de la ronda norte fue un error. De acuerdo que debía darse una solución para que el tráfico pesado no continuara entrando en el pueblo, pero podría haberse desviado detrás de la Mola, saliendo en Son Mesquida, detrás del polígono y no asfaltar y dejar pasar coches frente a la entrada de Es Sindicat. Eso ha hecho que, a parte de ser un suicidio intentar cruzar por los pasos de cebra, se hayan perdido proyectos como el del hotel de lujo.

-¿Por qué está en contra de la piscifactoría de Portocolom?

-Porque hoy en día una instalación así debería plantearse junto a la costa, con plantas depuradoras que devolvieran el agua limpia al mar y guardaran los residuos. Lo que no es de recibo es que esté en la entrada del puerto, que los beneficios sean privados y la mierda sea de todos. Tenga en cuenta que solo se aprovecha un 40% de pienso que se tira a los peces, si además de ese 60% le sumamos los excrementos, está claro que no es sostenible. Además, las jaulas entorpecen la navegación.

-¿El faro debe estar abierto y ser público?

-Por supuesto. Los navegantes pagan un canon para su mantenimiento, por ejemplo. Quiero decir que debe revertir en la comunidad. No hay que privatizarlo ni para hotel de lujo ni como pensión.

-¿Qué le parece que tras tantos años aún no salga agua de calidad de los grifos del puerto?

-Penosísimo. Es una atentado contra la salud. Así de claro. Hace quince años que el Ayuntamiento lo consiente, mientras los vecinos gastan en agua embotellada, tienen que usar el doble de detergente para lavar o tienen que cambiar los electrodomésticos cada pocos años por la sal. Supongo que llegará algún día, pero mientras tanto han tenido que soportar un cúmulo de inconvenientes brutales.

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