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Marratxí

Encuentran un refugio antiaéreo en el convento de monjas de Es Pla de na Tesa

Fue construido durante la Guerra Civil para dar servicio a las religiosas y a las alumnas del colegio - Está ubicado a unos diez metros bajo tierra y disponía de dos accesos, uno desde el interior del convento y otro, hoy condenado, desde el patio

Las obras de remodelación del convento de las monjas Agustinas de Es Pla de na Tesa, que fue adquirido por parte del ayuntamiento de Marratxí e inaugurado el pasado mes de diciembre, dejaron al descubierto un refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939).

El acceso al refugio se realiza a través de una escalera muy empinada que desemboca en una pequeña sala donde se habilitó un banco para que los usuarios pudieran sentarse.

El refugio se halla a una profundidad de más de diez metros bajo tierra y, como era habitual en este tipo de construcciones, tenía un doble acceso. La entrada era accesible en el interior del convento, mientras que la salida, actualmente condenada, estaba en el patio del edificio religioso.

El descubrimieno de este refugio en el convento, que podía ser utilizado únicamente por las religiosas y las alumnas que asistían a clase, ha motivado muchos comentarios entre los vecinos de la localidad, que aseguran que no es el único búnker de carácter privado existente en Es Pla de na Tesa, ya que se construyeron otros en viviendas particulares debido a la proximidad con el aeródromo de Son Bonet y al miedo existente entre la población a un posible bombardeo, algo que no llegó a ocurrir. La única vez que los aviones de la República quisieron bombardear acabaron deshaciéndose de las bombas en pleno campo, ya sea por el fuego antiaéreo o por cuestiones técnicas.

Refugios particulares

Además de este refugio del convento, se sabe que otras casas particulares disponían de construcciones similares como es el caso de Can Sansó, Can Mas o Can Frontera. Este último fue clausurado por el propio Ayuntamiento, ya que para llevar a cabo la construcción de un refugio en un domicilio particular debía solicitarse el pertinente permiso y pagar la tasa correspondiente, cosa que no hicieron los propietarios de Can Frontera.

La construcción de los refugios tiene otras curiosidades, como la exención del pago de la tasa y de la construcción que gozaban los falangistas, ya que eran otros los que realizaban el trabajo.

En Es Pla de na Tesa existe un refugio, como en otras muchas poblaciones de las islas, destinado a la población en general. Ubicado en la plaza de la Iglesia, actualmente este refugo está totalmente condenado.

El refugio encontrado ahora en Ca Ses Monges se construyó siguiendo las directrices de la junta local de Defensa, que obligaba a los centros escolares a disponer de un búnker para el alumnado. En el interior se hallaron dos pequeñas ánforas que llamaron la atención de sus descubridores. Al final, por gente del pueblo se pudo saber que, una vez finalizada la contienda bélica, y en vista de sacar un provecho al refugio, las religiosas instalaron en el interior un vivero de una especie de plantas que al no tener luz solar se volvían completamente blancas y eran expuestas en las Casas Santas durante la Semana Santa. Las ánforas eran las que utilizaban las alumnas para el riego de estas plantas.

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