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Llucmajor

La nueva ordenanza cívica luchará contra el botellón y el vandalismo

El concejal Estarellas remarca que no existe un afán recaudatorio ni intenciones de reprimir o restringir, y sí una imperiosa necesidad de garantizar orden y la mejor convivencia posible - El borrador toma nota de las normativas de Palma y Calvià

El edil de Convivencia y Seguridad, Gori Estarellas.

Llucmajor se pone las pilas en lo que a garantizar la buena convivencia y el orden se refiere. El Ayuntamiento, dirigido esta legislatura por el nuevo pacto entre Més, El Pi y PSOE, quiere aprobar antes del próximo verano la primera ordenanza cívica del municipio. Se luchará contra el botellón, los ruidos, el vandalismo, el balconing y el consumo de drogas. Asimismo, en el borrador de ordenanza que ha tenido acceso Diario de Mallorca, se abordan las conductas que adoptan formas de falsa mendicidad; utilización del espacio público para la demanda de servicios sexuales; modelos estáticos, mimos, payasos, malabaristas y similares en la vía pública; necesidades fisiológicas; concentraciones que alteran la convivencia; comercio ambulante no autorizado de alimentos, bebidas y otros productos; práctica del nudismo o seminudismo; utilización de dispositivos láser, etc.

Gori Estarellas (PSOE), concejal de Convivencia y Seguridad Ciudadana, remarca que “el objetivo principal de esta ordenanza es el de preservar el espacio público como un lugar de convivencia y civismo, en el que todos podamos vivir en libertad, pero con pleno respeto a los derechos de las otras personas”.

Se estable un régimen sancionador, si bien Estarellas asegura que “en absoluto existe un afán recaudatorio”. Las multas variarían entre 50 y 600 euros. En esta línea, “no será una ordenanza persecutoria ni restrictiva ni represiva, simplemente se trata de garantizar la mejor convivencia posible, evitar desmadres y vandalismo, prevenir con firmeza el consumo de alcohol y drogas, especialmente entre los adolescentes”.

El regidor socialista reconoce que le sabe mal tener que poner conocidos ejemplos ‘famosos’ que afectan a municipios vecinos, subrayando que “no queremos que s’Arenal de Llucmajor pueda llegar a convertirse en lugares como Punta Ballena y la calle del Jamón”.

Curiosamente, Gori Estarellas admite que el borrador de la nueva ordenanza ha tomado referencias precisamente de las ordenanzas cívicas que ya están vigentes en Calvià y Palma, entre otros municipios como Marratxí.

En el caso llucmajorer, el consistorio tiene la intención de mantener conversaciones con hoteleros, empresarios y vecinos para alcanzar el mayor consenso posible y “poder disfrutar todos de un comportamiento social cívico y normalizado”.

Las autoridades de centroizquierda señalan que en s’Arenal destaca la afluencia del turismo familiar. Por ello se hace autocrítica por episodios que ha habido de desmanes, juegos y apuestas ilegales, suciedad, contaminación acústica, botellón (se vigilará más la venta y la publicidad ilegal en determinados souvenirs y se pondrá coto a la ‘postal’ de turistas bebiendo con pajitas de sus cubos llenos de alcohol), balconing, pintadas-grafitis, prostitución, etc.

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