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Historia

Cuando el balón echó a rodar en Calvià

El primer equipo de fútbol se fundó en es Capdellà y mantenía 'clásicos' tensos con sus vecinos de Calvià vila - Exjugadores recuerdan cómo jugaban en campos con un poste de electricidad en el centro - Un libro de Xavier Terrasa repasa la historia del balompié local

El primer equipo de fútbol del que se tiene constancia en Calvià se creó en... es Capdellà, en 1923. Se llamaba Unión Deportiva Capdellanense. Mantenía duelos de aúpa con sus enemigos más íntimos, sus vecinos calvianers (Calvianense FC). Volaban los insultos y las piedras entre los aficionados contribuyendo a crear un clima de miedo escénico antes de que Valdano ideara esa expresión. En esos tiempos en que la pelota comenzaba a rodar, había equipos improvisados en la costa cuando el municipio aún no se había desarrollado. Los trabajadores de la possessió de Santa Ponça tenían el suyo. Y los soldados de Cala Figuera. Y en sa Porrassa.

Esos pioneros del fútbol calvianer no desplazaban el balón sobre un cuidado césped artificial o natural. Antes del partido, los jugadores se arremangaban y quitaban las piedras. Eso si no tenían la mala suerte de tener que jugar sobre una era, como la que tenía como campo un equipo de Banyalbufar.

Por no hablar de la particular configuración del campo del Esporles: tenía un palo de electricidad en medio del terreno de juego. En los momentos previos, algunos hacían el calentamiento previo al partido en Calvià vila corriendo desde Santa Ponça. Sin coche, moto o bicicleta, no tenían otra manera de desplazarse.

Las historias de los jugadores, de los clubes, de los éxitos, los fracasos e incluso las tragedias personales vinculadas a los orígenes de la pelota en el municipio forman parte del libro Història del futbol a la vila de Calvià, cuyo autor es el historiador Xavier Terrasa, que ha buceado en los archivos del Ayuntamiento y del Reino de Mallorca, además de hacer entrevistas con antiguos jugadores y directivos.

'Memòria de Calvià'

La obra, que se presentará el próximo 4 de febrero en el campo de fútbol del CD Calvià, forma parte del proyecto municipal Memòria de Calvià. Se trata de una iniciativa promovida por el departamento de Cultura del Ayuntamiento, con el objetivo de recuperar la historia de Calvià, un municipio que adolece de falta de identidad colectiva por la dispersión geográfica de sus diferentes núcleos, según manifiesta la jefa de servicio de Cultura y Juventud, Catalina Caldentey. Dentro de esta colección, ya se han publicado trabajos, por ejemplo, sobre los antiguos trabajadores de la finca de Galatzó, en es Capdellà. En el caso de la Història del futbol a la vila de Calvià, se hace un recorrido balompédico desde la década de los años veinte del siglo pasado -con equipos como el Círculo Recreativo de Calvià y la Unión Deportiva Capdellanense- hasta la actualidad.

CD Calvià

Buena parte del libro se dedica a la historia del principal equipo de la vila, el CD Calvià, en cuyos orígenes hay una historia trágica, por la muerte en extrañas circunstancias de su fundador, Antoni Serra. Él fue el encargado de federar el club en 1952. En la gestación de la entidad, Serra hizo valer sus buenos contactos con la administración franquista.

"Él lo hacía todo por nosotros. Nos llevaba a Palma a entrenar. Nos compraba comida. Lo que no tenía se lo gastaba", recuerda uno de los jugadores más carismáticos de aquella época, Manuel Sogorg, a quien todo el mundo llamaba Espín. Le llamaban así porque estaba muy flaco y era conocido con el nombre de Espinilla. De ahí lo de Espín.

Se jugaba en aquel entonces en Can Estades (donde ahora se ubica una casa rural) y los entrenamientos se hacían en el interior de Sa Societat. El mundo de la pelota no se había mercantilizado y la camaradería y la improvisación estaban a la orden del día. Lo demuestran anécdotas como la que relata Antoni Alzamora Muntaner, originario de Artà y cuyo fichaje se formalizó en las Delicias, que actualmente es Can Garrit.

Un día, cuenta, tenían que ir a jugar a Montuïri. Pero el autocar en el que iban se estropeó en las cuestas de Xorrigo. No les quedó otra que improvisar para llegar al partido. Por suerte para ellos, pasó por ahí el camión de reparto de leche. Se subieron todos y así pudieron llegar a tiempo. El que no tenía problemas mecánicos para asistir a los partidos de casa era Sebastià Riera Mesquida: corría los seis kilómetros que separaban Santa Ponça de Calvià vila.

Riera fue, precisamente, testigo de esos partidos de alto voltaje entre calvianers y capdellaners. Se jugaban en sa Plana de ses Algorfes, que era un escenario para valientes. "Los capdellaners y los calvianers estaban cada uno a un lado. Los niños, mientras duraba el partido, iban recogiendo piedras. Y, al acabar el partido, pedrada va y pedrada viene, i que vagin vius si hi volen anar", explica Riera en un vídeo de entrevistas con antiguos jugadores, que forma parte del proyecto de recuperación de la memoria de Calvià.

Campo de Mofarès

El equipo jugaba sus primeras competiciones y la entidad se consolidaba. Pero, el mismo día en que se iba a inaugurar el campo de fútbol de Mofarès (7 de julio de 1956), llegó la noticia de que Serra había muerto en un accidente mientras salía a pescar por Cala Vinyes.

La desaparición del alma máter del club tuvo un efecto fulminante sobre el CD Calvià, como recuerda el historiador Xavier Terrasa. "Este trágico suceso implicó la desaparición del que era el alma del fútbol en Calvià, la persona que lo había impulsado y que lo había situado en el mapa futbolístico de Mallorca", escribe. La falta de empuje por parte de la directiva hizo que el club desapareciese apenas un año después de la muerte de Serra.

Así, el campo de Mofarès languideció hasta 1970, sin apenas fútbol. Bajo el impulso del alcalde Joan Terrasa y el teniente de alcalde Joan Salom, el CD Calvià resurgió gracias a la adquisición de la plaza que ocupaba el Indústria de Santa Catalina de Palma. Vino entonces una época dorada para el club. Los ascensos a Primera Regional Preferente y a Tercera División (categoría en la que estuvo casi una década). La victoria en la Copa Primavera. La creación de categorías inferiores.

El municipio entraba en la década de los ochenta y cambiaba de fisonomía al ritmo del desarrollo turístico. La nueva realidad tuvo sus consecuencias para el CD Calvià, como recuerda Terrasa. Concretamente, para su denominación. El club pasó a llamarse CD Costa de Calvià, para promocionar el turismo local. Como curiosidad, el nombre del regidor de Turismo que tuvo la idea era Joan... Costa. La entidad, además, perdía el monopolio del fútbol calvianer, con la aparición de multitud de clubes en los núcleos costeros. Los últimos años no han sido fáciles para el club. En la temporada 2012-2013, desaparecía el primer equipo, pero se mantenía el fútbol base. Esta temporada, se ha recuperado, para competir desde Tercera Regional. Sus jugadores toman el relevo de una historia de fútbol calvianer que se remonta a 1923.

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