Es Capdellà (Calvià) vivió ayer por la tarde su procesión de Sant Sebastià más tensa de sus casi 100 años de historia. La polémica de los últimos días por la negativa del nuevo párroco de la localidad, Antoni Mercant, a ceder la talla del santo desembocó en una procesión en la que el protagonista fue un cartel con la imagen de la escultura.

Pasadas las cuatro de la tarde, los participantes se citaron para arrancar la comitiva religiosa. Desde primera hora de la mañana, les habían comunicado que el Obispado garantizaba que, al menos este año, pudiesen seguir sacando la talla de Sant Sebastià. Sin embargo, los organizadores, entre los que había representantes de la asociación Dones Solidàries y de la cofradía religiosa de la localidad, optaron por seguir el plan alternativo, a fin de no caldear más los ánimos. Este plan consistía en sacar en procesión un gran cartel con la imagen fotográfica de la talla de Sant Sebastià. A la comitiva, que recorrió las principales calles de es Capdellà, se unieron decenas de vecinos. Una vez completado el recorrido, la mayoría se dirigió a la iglesia, donde la misa estaba fijada para las 18 horas.

Al oficio litúrgico, asistieron autoridades políticas como el primer teniente de alcalde, Andreu Serra (PSOE), su compañero del equipo de gobierno, Juan Cuadros, y el líder local del PP, José Manuel Ruiz. Cuando el cura se dispuso a comenzar la misa, un grupo de vecinos allí presentes procedieron a abandonar el templo parroquial en señal de desacuerdo con Mercant, no sin antes dejar una rosa debajo de la talla de Sant Sebastià. En la jornada de ayer, también estuvo presente el edil de Esquerra Oberta Rafel Sedano, quien había hecho gestiones durante los últimos días ante el Obispado. En un tono conciliador, declaró que lo sucedido fue una "espiral" que se había descontrolado, y respaldó la labor de las personas que son parte activa en la vida cultural, social y religiosa del pueblo, en referencia a Dones Solidàries y otras colaboradoras habituales de la parroquia.