Pasada la resaca del último Sant Antoni, Pollença volvió a engalanarse ayer con motivo de la ´processó de l´Estendard´, que el día de Sant Sebastià de cada año exhibe sus curiosos símbolos de origen desconocido. Los auténticos progatonistas de la procesión son los dos ´Cavallets´ que acompañan al estandarte en su ruta por el centro de la localidad, dos figuras equinas que interpretan un baile ritual que, según los estudiosos, proviene de las célebres ´taules´ de origen medieval.

La marcha religiosa de ayer, que precede a la celebración del Oficio Solemne en la parroquia de la Mare de Déu dels Àngels, tenía un atractivo añadido: los nuevos ´cavallets´ que fueron elaborados el pasado año por el Ayuntamiento con el objetivo de ´jubilar´ a las antiguas figuras, que a partir de ahora pasarán a formar parte del contenido de la sección del Museu de Pollença que se dedicará a las tradiciones particulares del municipio pollencí.

Las nuevas figuras que ayer se estrenaron han sido elaboradas por el artista Antoni Socias y son réplicas casi exactas de las originales, con la salvedad de que la cintura se ha adaptado a las medidas de la población actual. Cabe recordar que antes eran los niños quienes portaban las figuras de los ´Cavallets´ y por este motivo el ancho de cintura era más pequeño.

Sobre las 19,30 horas de ayer, aproximadamente, hacían aparición los protagonistas de la ´processó de l´Estendard´, que este año eran interpretados por los jóvenes Toni Miquel y Mateu Soler en el papel de los ´Cavallets´ y Martí Aixartell en el del soldado romano que porta el estandarte de Sant Sebastià. Los tres jóvenes han sido elegidos por sorteo.

La procesión es el último vestigio de la antigua veneración pollencina por Sant Sebastià, que antes de la Guerra Civil era el segundo patrón del municipio.