Miquel Cifre, exalcalde socialista de Santa Margalida y político de profundas convicciones progresistas que no tiene pelos en la lengua, llamó ayer a un conocido programa de la emisora de radio Ser Mallorca para denunciar el "mercantilismo" del PP y El Pi en relación a la voluntad municipal de habilitar un chiringuito en la playa de Son Serra de Marina. Conocedor del 'lado oscuro' del municipio y de los "carroñeros que revolotean la villa", tal y como definió en su día a los promotores urbanísticos con buenos contactos políticos, parece seguro que Cifre sabe lo que dice cuando alerta de que las intenciones de los dos partidos que gobiernan el municipio están relacionados con la "colocación" de los amiguetes con el objetivo de obtener "panxacontentes", que podría traducirse como 'barrigas agradecidas'. Es decir, la política clientelista de toda la vida.
El político desmonta el argumento económico
En apenas dos minutos, Cifre desmontó el argumento municipal de que el chiringuito es necesario para recaudar fondos destinados al mantenimiento de Son Serra. "El Ayuntamiento, que hoy está totalmente saneado, nunca ha tenido un estudio de distribución de gastos en función de los ingresos, todo se ingresa en una caja única, por lo que decir que el dinero recaudado en Can Picafort no puede invertirse en Son Serra es una tergiversación y una forma de enfrentar a los núcleos", apuntó el político ya retirado. A su entender, "por encima de todo un ayuntamiento debe tener valores medioambientales y sociales, y Son Serra es un paisaje único e irrepetible, un valor añadido importantísimo que no puede valorarse con dinero".
