Jaume Fiol representaba al Rey Melchor en la última cabalgata celebrada en Alcúdia, aunque no finalizó la entrega de regalos porque fue 'destituido' por el Ayuntamiento al negarse a entrar en el domicilio particular del exalcalde Miquel Llompart (El Pi), con quien está enemistado. Defiende la elaboración de un reglamento para el grupo de voluntarios que organiza la cabalgata real con el fin de evitar malentendidos y acabar con el seguidismo político que, a su entender, practica su máximo responsable, también vinculado a El Pi.

-¿Por qué se negó a entrar en el domicilio del exalcalde Miquel Llompart a entregar los regalos a sus hijos?

-En el año 2011 o 2012, no recuerdo bien, este señor me faltó al respeto y considero que las personas merecen un respeto, al igual que los voluntarios que organizan la cabalgata. Desde entonces, no he entrado en su casa.

-¿Desde cuándo ejerce de Rey Melchor en Alcúdia?

-Creo que desde el año 2010, aunque en las carrozas hace más tiempo que participo como voluntario.

-¿Ha entrado alguna vez como Rey Melchor al domicilio de Llompart?

-Entré como mínimo un año, porque antes éramos amigos. Dejé de entrar cuando él me insultó públicamente en la plaza de toros de Alcúdia, donde me dijo que era un 'hijo de puta' y que me mataría, hecho una fiera. Era en un concierto al que acudí con un amigo. Menos mal que un compañero nos separó.

-¿Qué ocurrió entre ustedes para llegar a esta enemistad?

-Yo ya no formaba parte de ningún partido (antes había estado en UM), pero siempre he tenido inquietudes políticas. Éramos amigos y comentábamos muchas cosas del Ayuntamiento, hasta que un día hubo una disparidad de criterios sobre el tren de Alcúdia. Él se molestó conmigo porque había dado mi opinión a un periodista, pero no salió publicada. A partir de aquí nos distanciamos. Después pasaron otras cosas bastante graves en el Consistorio que yo no compartí y que afectaron a mi hermano y también a su hermana y su cuñado.

-¿Puede explicar estos hechos que califica de graves?

-Él tenía un cuñado que había trabajado desde hacía años en el Ayuntamiento como personal laboral, al que iban renovando el contrato cada cierto tiempo. Llegó un momento en que este contrato no se renovó y el cuñado de Llompart se molestó. Junto a otros trabajadores protagonizó una huelga de hambre y una sentada frente al Ayuntamiento. Él hizo responsable de ello a su hermana y a mi hermano, que son amigos y enlaces sindicales de la empresa municipal de servicios, que es donde estaba contratado su cuñado. Yo conocía las dos versiones y consideré que la actuación de Llompart no era la correcta. Él y yo hablamos del tema de forma civilizada, pero a él este tema le ha causado problemas familiares con el tiempo, ya que sigue enemistado con su hermana, que es amiga mía. Desde entonces, no hemos vuelto a hablar.

-¿Cómo le sienta el hecho de haber sido 'destituido' como Rey Melchor?

-No puede hablarse de destitución porque yo soy un voluntario. No hay ningún tipo de reglamento estatutario ni regulación, por lo que no pueden destituirme. El alcalde (Antoni Mir, de El Pi) no tiene ninguna competencia ni fuerza moral ni legal para dar órdenes.

-¿Se lo comunicó personalmente el alcalde?

-No, cuando yo dije a Pep Cladera, coordinador de las carrozas, que no entraría en este domicilio, me dijo automáticamente que me quitase el traje y que otro compañero, que ya estaba avisado, ocuparía mi lugar para terminar las visitas de compromiso a las casas.

-¿No eran personas que previamente habían solicitado este servicio?

-No, las casas donde acuden los tres Reyes son compromisos de la gente que se viste de Rey o de la gente que organiza las carrozas. En el caso concreto de Miquel Llompart, este señor nunca ha participado en la organización, aunque sus hijos sí han participado en el Belén.

-¿Y qué pasó después?

-Yo le dije a Cladera que no me quitaba el traje porque debía ir a repartir dos regalos de un compromiso mío. Él me dijo que no iría a repartir nada y llamó al sargento de la Policía Local. Siguiendo instrucciones del alcalde, enviaron una patrulla de dos policías y otro en bicicleta, y se presentaron los tres en el entorno del auditorio para retenerme. Les expliqué lo que pasaba y fueron más sensatos que Cladera y el alcalde. Me dejaron terminar y me instaron a devolver el traje después. Yo dije que haría lo que siempre he hecho: cuando termino la tarea como Rey dejo el traje.

-O sea, que por un momento llegó a haber dos Reyes Melchor. ¿Su sustituto entró en la casa de Llompart?

-No lo sé. Supongo que no porque cuando yo me fui los otros dos Reyes entraron y entregaron los regalos.

-¿Y en los años anteriores no había problema cuando usted avisaba de que no entraría en la casa del exalcalde?

-Siempre había dicho que no entraría en esa casa porque me habían despreciado. Nadie me puede obligar a entrar.

-¿Cómo funciona el sistema para entregar los regalos a domicilio?

-Hay gente que lo pide de forma explícita. Este año eran 44. Una persona voluntaria se encarga de buscar las parejas de Rey y paje para repartir esos regalos, y se hacen varias 'colles'. No tiene nada que ver con la cabalgata, que yo cubrí sin ningún problema.

-¿Considera como un trato de favor el hecho de que en algunos domicilios como el de Llompart vayan los tres Reyes a repartir el regalo y en otras casas solo un Rey y un paje?

-Sí creo que es un trato de favor porque a las otras 44 familias solo las visitan un Rey y un paje, mientras que a este domicilio han ido dos Reyes. Si al alcalde no le preocupa esto es que está mal informado por parte de gente de su entorno, ya sea Llompart o la regidora de Fiestas, que también ha sido voluntaria junto a su marido. Es evidente que es un trato de favor. Debería replantearse todo. Me parece bien que vayamos a las casas de la gente que ha participado en las carrozas porque es un premio. Pero ir a la casa de una familia que no participa para nada en la cabalgata...los voluntarios no deberíamos hacerlo. Nosotros trabajamos para todos los niños y niñas de Alcúdia. Me preocupa que en la calle otros niños se queden con las ganas mientras ven que vamos a otros domicilios. Esto duele en el corazón.

-¿Antes de la cabalgata usted había avisado de que no entraría en casa de Llompart?

-En la legislatura pasada, la regidora Àngela Amer, del PP, quiso imponer a un conocido como Rey Mago. Cuando pasó esto, Pep Cladera convocó a la alcaldesa Coloma Terrasa y a la regidora Amer para explicarles que las decisiones allí se tomaban en conjunto y que los voluntarios decidían quien hace de Rey. Este año, Cladera me dijo que el alcalde le había ordenado que los Reyes debían repartir los regalos a todos los domicilios. Yo le dije que no estaba de acuerdo. También comenté a otra gente de allí que debíamos convocar una reunión porque esto debía decidirse entre todos. La reunión no se hizo. Pensé que si Cladera tomaba una decisión unilateral por presiones de sus compañeros de partido no defendía a los voluntarios.