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El reportaje

Los Reyes, desde una óptica literaria

Escritores y estudiosos que han investigado las tradiciones de Mallorca desvelan detalles como cuándo se hicieron las primeras cabalgatas en la isla y qué significaba regalar carbón décadas atrás

Pòrtol: los reyes magos llegaron pasados por agua. m. bosch

Los Reyes Magos vienen de tierras de Oriente muy lejanas, pero eso no ha impedido que su arraigo en la cultura de Mallorca haya sido objeto de análisis y estudios literarios en profundidad a cargo de poetas y escritores locales. Las primeras referencias en documentos históricos a la celebración de cabalgatas en Mallorca datan de 1882, como recuerda Miquel S. Font Poquet, en el libro El Nadal a Mallorca.

"Varios hombres montados y vestidos de reyes entraron por la puerta de Jesús, figurando los Reyes Magos y el Rey Herodes, precedidos de las estrellas y acompañados de una música y de multitud de hachas de viento", se lee en ese texto histórico. La liturgia que rodea a estas fechas del año ha experimentado pocas variaciones en los últimos siglos: niños nerviosos en la víspera del día de Reyes; zapatos solitarios en los balcones, con platos al lado con comida para Sus Majestades de Oriente; Dinar de Reis, con escaldums, sopa de Nadal y canelones, y el carbón, como castigo por el mal comportamiento.

En este caso, antiguamente, el carbón tenía otra connotación añadida. Si un niño se lo encontraba el día 6 al lado de sus zapatos era señal de que ése era el último año en recibir regalos, poniendo fin a la época de la ingenuidad infantil, apunta este autor. Lo que tampoco ha cambiado es la tradición de representar hoy la obra de L'Adoració dels Reis, una costumbre que se introdujo a finales del siglo diecinueve, según indican los autores Gaspar Valero, Jaume Bueno y Bartomeu Font en el libro Les festes de Palma.

La ironía que caracteriza a estas representaciones actuales, con puyas sobre la actualidad política, no era bien entendida por la prensa de la época, que hizo la siguiente crítica: "[Estas obras] nada tienen de serio ni de interesante, más que el pasaje bíblico que les da origen, pues por lo demás son unos sainetes ridículos y mal representados que desdoran [...] el sagrado paso que representan".

Un aspecto de la jornada de Reyes que sí se ha transformado en profundidad con el paso de los años es la forma de esos objetos de la ilusión que son los regalos. "Primero, los juguetes artesanales, después los juguetes elaborados en fábricas pequeñas a partir de materiales sencillos: cartón, barro, madera, hierro, ropa, papel [...]. Con el tiempo, los juguetes se mecanizaron. Vinieron los autómatas. Después, los complejos juguetes vídeo-computerizados", cuenta en el libro Les festes llunyanes el escritor Gabriel Janer Manila, quien recuerda la época en que los niños se acercaban a la muralla de Palma para observar la llegada de los Reyes mientras sonaban cuernos marinos.

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