Los Reyes Magos trajeron ayer en sus alforjas infinidad de regalos e ilusión. Pero también un frío acompañado de lluvia intermitente, más acorde con esta época del calendario. Ello no fue obstáculo para que las cabalgatas reales acabasen recorriendo los municipios de la isla, dejando a su paso un reguero de sonrisas entre los niños, que se quedaron con las ganas de despertarse hoy bien temprano para desenvolver sus regalos.

Del cielo, llegó el principal protagonista de la jornada: las primeras lluvias del invierno, que causaron retrasos en el inicio de muchas cabalgatas, obligaron a cambiar recorridos e hicieron que un buen número de audiencias reales se tuvieran que celebrar en iglesias o sedes consistoriales.

En localidades como Sóller cayeron auténticos diluvios, ante los cuales los organizadores tuvieron que echar mano de parapetos improvisados para continuar con la cabalgata. En Esporles, mientras, la lluvia obligó a que la recepción a Sus Majestades de Oriente se celebrase en el interior de la iglesia parroquial.

Profusión de cabalgatas

A diferencia de los debates políticos que han marcado los cambios introducidos en las cabalgatas de este año en grandes ciudades españolas que han pasado a ser gobernadas por la izquierda, como Madrid, Barcelona o Valencia, el continuismo en la liturgia real de Oriente fue la tónica en los actos celebrados en la part forana.

Calvià, por ejemplo, fue escenario un año más de una profusión de pequeñas cabalgatas en cada núcleo, pese al debate vecinal y político existente desde hace tiempo sobre la conveniencia de celebrar un único gran desfile real. Así, hubo actos en Santa Ponça, El Toro, Puerto Portals, es Capdellà, Calvià vila, Son Ferrer, Palmanova, Son Caliu y, hoy, en Peguera.

Inca, en cambio, fue uno de los municipios que más novedades introdujo en la cabalgata de este año. El recorrido establecido en un principio preveía que el punto final no fuese la plaza del Ayuntamiento, como hasta ahora, sino la plaza de Santa Maria la Major. También se introdujeron tres nuevas carrozas, en un desfile que se concibió con 120 personajes y otras 150 personas como colaboradores.

El desfile real de Montuïri fue otro de los que exhibió novedades, como la carroza portadora de los regalos diseñada por voluntarios, el estreno de nuevas capas confeccionadas por la Associació de Dones Montuïreres y la llegada bajo palio de las Majestades de Oriente precedidas por sus respectivos estandartes. Por su parte, Manacor vivió su cabalgata de Reyes a lo grande. Sin aspavientos, pero con la magnificencia instalada desde hace unos años, los tres Magos salieron al encuentro de miles de niños que se agolpaban en los aledaños de la histórica Torre de ses Puntes, donde el trío preparó su intervención y el acercamientos a los pequeños de la casa, boquiabiertos por el juego de luces y las barbas reales. Antes, alumnas de la escuela de baile Estudio Ivana ofrecieron más de media hora de números navideños perfectamente coreografiados.

Con la colaboración de: Joan Mora, Jaume Mateu, Marta Rotger, Miquel Bosch, Biel Capó, Biel Gomila, Bartomeu Font Sbert, Joan Pons, Biel Bergas, Lorenzo Gutiérrez