El alcalde de Pollença, Miquel Àngel March (Junts Avançam), anunció ayer que a partir del próximo año el Ayuntamiento encargará un estudio sobre los bienes inmuebles no residenciales como los turísticos o los industriales, entre otros, con el objetivo de aplicar "algún gravamen especial" para que paguen más dinero del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Esta era una de las propuestas que había alegado el grupo político Alternativa per Pollença a la aprobación inicial de la modificación de la ordenanza del IBI, rechazada por el equipo de gobierno porque el alcalde apuntó que el proceso "debe hacerse con tranquilidad, ya que ahora era algo precipitado".

El pleno extraordinario de ayer acordó, con los votos a favor de toda la corporación y en contra de los dos ediles de Alternativa, la aprobación definitiva de la modificación del IBI que, según el alcalde, supondrá una rebaja aproximada del diez por ciento en los recibos de 2016 debido a la reducción del coeficiente del 0,45 al 0,40 en la contribución urbana y del 0,70 al 0,63 en la rústica.

Alternativa lamentó que "se ha perdido una oportunidad para introducir justicia social".