La conselleria de Educación y el ayuntamiento de Inca convocaron ayer a los medios en el Museu de la Sabata de la capital del Raiguer para dejar constancia del acto de firma de un documento consensuado con la comunidad educativa para evitar la formación de guetos de inmigrantes en las escuelas públicas y concertadas de la ciudad. La hora fijada eran las diez de la mañana y el Museu acababa de abrir sus puertas. Pero había un problema: la alarma del equipamiento público saltaba continuamente y de nada servían los intentos del personal para apagarla definitivamente.
Según explicaron, la persona que se encarga diariamente de programar la alarma estaba ayer de baja, y no había forma humana de que el molesto pitido dejara de funcionar. Bueno, se paraba un minuto y después volvía a sonar estrepitosamente, hasta el punto de que todos los presentes tenían que taparse los oídos para no lastimarse los tímpanos. Las caras de agobio eran evidentes. Incluso el propio conseller Martí March insinuó que si la alarma no dejaba de sonar alguno de los presentes acabaría por marcharse sin estampar su firma en un documento calificado de "histórico" por todos los participantes. Finalmente, el pitido concluyó y el acto se pudo celebrar sin más problemas.
Casi 5.000 personas firman contra el chiringuito de la playa de Son Serra
La intención del equipo de gobierno del PP y El Pi de Santa Margalida de solicitar a Costas la autorización para instalar uno o varios chiringuitos en la playa de Son Serra de Marina se ha topado con una reacción ciudadana espectacular. En apenas unos días, casi 5.000 personas han firmado contra la iniciativa a través de las redes sociales. Obviamente, no todos son vecinos de Son Serra, donde apenas residen unas 700 personas en invierno.
