Varias decenas de vecinos de Inca participaron ayer en una bicicletada reivindicativa que recorrió diversos puntos de la ciudad para reclamar al Ayuntamiento la implantación del plan integral de bicicletas públicas de Inca que se elaboró en el año 2009 para después ser "abandonado en un cajón". Los convocantes, las asociaciones de madres y padres de alumnos de los diferentes centros educativos de la ciudad, son partidarios de una Inca más sostenible desde el punto de vista del transporte y que no aporte tanto protagonismo a los coches.

La creación de nuevos carriles para bicicletas y su conexión con el transporte público, además del incremento de pasos para peatones, son algunas de las demandas lanzadas ayer por este grupo de ciudadanos.

Por primera vez desde que se organiza la marcha reivindicativa, hubo una participación directa de las autoridades municipales. El alcalde de Inca, Virgilio Moren0 (PSOE), y algunos regidores de la corporación también se montaron sobre la bici para recorrer el trayecto entre el colegio público Ponent y el centro de la ciudad, con parada en la Plaza de España para la lectura de un manifiesto.

El alcalde Moreno explicó que apoya todas las reinvidicaciones de los convocantes y se comprometió a poner en marcha el plan de movilidad que incremente los carriles bici en la ciudad.

La marcha se inició sobre las once de la mañana en el colegio Ponent. Una hora más tarde, los ciclistas llegaron a la plaza del Ayuntamiento para llevar a cabo el acto central de la marcha reivindicativa. Un niño leyó un manifiesto en el que se lamenta que "el coche se ha convertido en el protagonista de Inca" y que la ciudad "está pensada" para los vehículos a motor "y no para las personas". El texto culpa a las políticas municipales que "durante muchos años han incentivado y priorizado el uso del coche, haciendo de Inca una ciudad cada vez más incívica e insostenible".

Por estos motivos, los manifestantes reclamaron iniciativas que "prioricen a los peatones, los niños y las personas con movilidad reducida", además de "incrementar el transporte colectivo y la bicicleta" para que sean alternativas al uso del coche privado en los desplazamientos urbanos.

Otra demanda se basa en la reducción de la velocidad a un máximo de 30 kilómetros por hora "tal y como ya se ha hecho en muchas ciudades europeas".

Los convocantes realizaron un regalo simbólico al alcalde consistente en una vieja rueda de bicicleta reciclada y adornada con motivos navideños.

La marcha concluyó poco después en la plaza de Santa Maria la Major, donde se sirvió chocolate por parte de Finestra el Sud.