El tradicional mercado del Dijous de Inca, contará con un plan de emergencia que se diseñará en los próximos meses. Se trata de un evento de grandes dimensiones, que ocupa todo el casco antiguo y parte del ensanche y que hasta la fecha ha funcionado, en materia de seguridad, por tradición.
Algunos vendedores del mercado señalan al respecto que "ha habido suerte durante años de que no pasara nada, porque cuando está montado el mercado acceder a determinadas zonas en caso de incendio sería muy complicado".
María José Fernández, concejal responsable de comercio, acepta que "se trata de un asunto serio. Está bien contar con un gran mercado, pero también es preciso que éste sea seguro ante cualquier incidencia". Al respecto se está acometiendo una amplia reestructuración del mercado, que será aprovechada para esponjarlo y dotarlo de vías de evacuación o asistencia rápidas y seguras.
Novedad
Una de las novedades con las que contará es un punto permanente de primeros auxilios. Aún no se ha decidido su ubicación, pero se presume que estará en el mismo centro.
La remodelación que se quiere emprender implica el retorno de la venta de fruta y verdura a las calles del centro: Miquel Duran, Pau y Sant Francesc. Eso supondrá el traslado del mercadillo tradicional hacia la zona de Jaume Armengol. Se prevé crear también una zona exclusiva para artesanos con carta de maestro artesano.
Todas estas modificaciones se están llevando a cabo en el seno de una comisión de expertos que propone ideas. Ha trascendido que alguna de ellas implicaba la colocación de los artesanos en mitad de la plaza Mallorca; una gran explanada soleada que cuando fue reformada no contempló la instalación de sombras. Aunque se trata solo de una propuesta de trabajo. Por lo que se refiere a los payeses, la opinión ampliamente mayoritaria es que les favorece el actual emplazamiento en la plaza de Orient, porque existe la posibilidad de acercarse en coche. No obstante, el alcalde, Virgilio Moreno, indica que "el lugar tradicional de la fruta y verdura son los alrededores del mercado cubierto, que es donde ha estado toda la vida".
La venta de fruta y verdura se trasladó primero a la plaza des Bestiar y posteriormente a la de Orient, cuando comenzaron las obras del nuevo mercado. La anterior legislatura se mantuvo la ubicación, tras detectar los técnicos que los vendedores no cabían en el nuevo espacio del mercado cubierto, y los problemas de logística que supondrían las tareas de carga y descarga.
