Sigue la polémica en Pollença sobre el incumplimiento por parte de diversos regidores con cargos ejecutivos en la pasada legislatura de los requerimientos del Ayuntamiento para que devuelvan los diez dispositivos móviles y la tableta de última generación que recibieron de la institución municipal a principios del presente año para el ejercicio de sus cargos políticos. En el pleno celebrado el pasado jueves volvió a salir el tema en forma de duras discusiones entre el actual equipo de gobierno y la oposición liderada por el exalcalde Tomeu Cifre, cuyas posturas no pueden estar más enfrentadas por esta cuestión.
Tanto Cifre como la mayoría de ediles que formaban parte del equipo de gobierno en el pasado mandato se niegan a devolver los aparatos electrónicos por diferentes motivos. El exalcalde del PP, hoy líder de Tots per Pollença, asegura que había pactado verbalmente con su sucesor, el actual regidor Miquel Àngel March, que el Ayuntamiento no reclamaría los dispositivos a los ediles y que estos podrían quedárselos con la condición de que pagasen sus propios gastos de consumo. "Estos móviles no han costado nada al Ayuntamiento y no figuran en el inventario de bienes municipales", apunta Cifre. Además, añade que los dispositivos contienen información personal de los usuarios y que "actualmente no existen mecanismos que garanticen la eliminación de todos estos datos". Cifre apunta contra su primo, el teniente de alcalde Tomeu Cifre Bennàssar, al que acusa de estar "obsesionado" con esta cuestión.
Por su parte, este miembro del equipo de gobierno insistió ayer en que los exregidores deben devolver los móviles y las tabletas por una cuestión de "ética". "Se lo han quedado por la cara", lamentó. Cifre Bennàssar admite que estos aparatos no han costado nada al Ayuntamiento porque van incluidos en el contrato de telefonía que ha suscrito la institución municipal, pero no descarta que el alcalde firme un decreto para exigir la devolución de los dispositivos.
