La Plaça Major de sa Pobla se convirtió ayer en el escenario principal de la Fira de l'Arròs. Numerosas personas de localidades vecinas y también de Palma quisieron visitar sa Pobla y degustar su gastronomía. En la entrada del recinto ferial se ubicó una representación de una 'sínia y un molino, estampas que recordaban aquella sa Pobla que nutría sus 'marjals' gracias a los molinos, ahora la mayoría de ellos en desuso. Biel 'Collut', glosador, exhibía su 'sínia' mientras explicaba con aire nostálgico que "antes las 'marjals' se veían así, ahora la tierra no da rendimiento, sa Pobla era el jardín de Mallorca".

Adentrándose en la plaza, una escenografía representaba una pequeña parcela del cultivo del arroz, cereal al que sa Pobla ha querido rendir homenaje en esta feria de Tardor y en las siguientes ediciones. En los expositores se ofrecía arroz 'pobler' y también otros productos locales como aceite, caracoles o hasta galletas de butifarrón. En la Plaça del Mercat se instalaron las atracciones feriales como los cochecitos de choque y en las inmediaciones se ubicaron los animales. Este año no se llevó a cabo el mercado medieval.

Entre la multitud de asistentes también se acercaron a sa Pobla numerosos políticos, entre cargos del Govern, alcaldes de localidades vecinas y otras autoridades de distintos partidos.

Durante la feria se podía comprar arroz local y también deleitarse con el típico plato de 'arròs brut' en distintos restaurantes de la localidad. Como curiosidad también había un expositor en el que los visitantes podían grabar su nombre en un grano de arroz. También estaba presente toda la gama de subproductos derivados del arroz como cáscara de arroz o la harina extraída de este emblemático cereal.