Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sóller

Renace el oratorio de Castelló

Los trabajos de recuperación de la vieja capilla de Sóller, a cargo del Consell, están a punto de finalizar - Han sido necesarios unos 10 meses de obras de reforma, con un presupuesto de 175.000 euros

Tras más de diez meses de trabajo y una inversión que se sitúa en los 175.000 euros por parte del Consell de Mallorca, los trabajos de recuperación de la vieja capilla de Castelló están a punto de concluir. Tanto es así, que las labores que se realizan estos días ya se localizan en el exterior del edificio cuya finalidad es embellecer el entorno de un espacio que nada tiene que ver con la imagen que presentaba tan solo hace menos de un año .

Con la reforma, el oratorio ha renacido de la ruina en la que se había inmerso tras décadas de estar prácticamente abandonado y sin ningún tipo de uso. El tejado se había desplomado, y con él su bóveda de medio punto, y una de las paredes amenazaba con derrumbarse porque su base se había desplazado abriéndole profundas grietas. Pero lo que hasta hace poco era una iglesia abandonada y en ruina ha cambiado por completo, en tanto que actualmente ofrece una imagen totalmente distinta y renovada. La capilla ha recuperado todo su esplendor tras meses de trabajo para consolidar su estructura y restaurar los elementos más característicos del pequeño oratorio.

El oratorio de Castelló se encuentra situado junto al antiguo camino de herradura del mismo nombre que une Sóller con Deià, entre las posesiones de Can Prohom y Can Carabasseta. Su construcción data de principios del siglo XVII y se hizo en terrenos del terrateniente Estade Prohom. El Consejo Municipal y también los habitantes de las posesiones vecinas contribuyeron a construirlo. El oratorio servía para venerar Nuestra Señora del Rosario, por la Estade sentía gran devoción.

La capilla está formada por dos cuerpos de edificación. El principal, destinado a templo, y la sacristía, adosada a la capilla. La nave principal tiene unos 11,7 metros de largo por 6,9 de ancho; el techo es de bóveda de cañón con un arco que la sostiene. En su fachada principal hay un ventanal redondo de piedra arenisca, con una celosía de madera con forma de estrella. El portal es de piedra viva trabajada. Justo encima de la puerta principal se encuentra un campanario de espadaña de la que hace años desapareció su campana.

El culto religioso que allí se practicaba conoció numerosas fluctuaciones, hasta el punto que su advocación quedó olvidada. Las últimas obras de restauración conocidas fueron encargadas en 1910 por quien entonces era el propietario de Can Prohom, Gabriel Massanet.

Compartir el artículo

stats