En el edificio de pisos que ocupa actualmente el antiguo solar de la vieja cofradía de pescadores del Port d'Alcúdia hay una placa en la que indica que existe actividad pesquera reconocida en el puerto desde 1786, aunque con toda certeza la industria marinera está unida a Alcúdia desde los remotos tiempos de Pol·lèntia y aún más lejos en el tiempo. Tanta historia, tanta tradición, tanto esfuerzo de la gente de la mar alcudienca se ha traducido en un dato cuando menos curioso que no es otro que este año se ha convertido en el primer puerto en número de embarcaciones pesqueras de las Illes Balears, superando incluso al puerto de Palma.
En estos momentos Alcúdia cuenta con tres embarcaciones de arrastre y con 31 barcas de arte menor. Se denomina arte menor a la pesca artesanal. Eso significa que la mayoría de pescadores del Port d'Alcúdia son a la vez pequeños empresarios, y que la pesca es el sustento de un buen número de familias de esta ciudad. Sin embargo, incluso la pesca de arrastre de Alcúdia debe considerarse como artesanal porque, como explica el patrón mayor, Gabriel Payeras, "se trata de embarcaciones pequeñas que todas las noches tocan puerto".
Además, Alcúdia tiene demanda. El propio Payeras dice que "todos los amarres están ocupados, y tenemos solicitudes de embarcaciones que quieren venir a Alcúdia, especialmente pescadores de sepia y jonquillo".
Por contra, otros puertos importantes como el de Palma han perdido embarcaciones. Antoni Garau, secretario de la Federación de Pescadores de las Illes Balears, explica que "lo que ocurre es que Palma es un puerto muy importante a nivel comercial, con un gran tráfico, y eso siempre va en contra del sector pesquero. La bahía es muy ruidosa y la pesca tiene más dificultades".
Tráfico
El secretario de la federación de cofradías de pescadores recuerda que él mismo ha conocido un puerto pesquero de Palma "en el que amarraban diariamente veinte barques de bou (arrastreros) Todo ello se ha reducido enormemente. La bahía de Palma tiene demasiado tráfico, hay demasiada contaminación para la pesca".
Garau reconoce que "los pescadores de Alcúdia son gente muy celosa de sus aguas porque las han cuidado muy bien. En Alcúdia hay gente muy profesionales. Ese celo que han tenido durante toda su historia es el origen del éxito que ahora disfrutan".
Payeras apunta como ejemplo que "a principios de los años 90 hubo una escasez de jonquillo (Aphia minuta) acuciante. Poco a poco este pez diminuto desaparecía en toda la costa de Mallorca. Nosotros fuimos los únicos que nos autoimpusimos una veda que duró cinco años. Tuvimos la paciencia y cordura de estar cinco años sin pescar nada de jonquillo, a pesar de que es una de las capturas más rentables, para disfrutar ahora de nuevo de un caladero en buen estado".
Evidentemente la campaña de jonquillo es una de las más fuertes de Alcúdia, pero también lo es la sepia, especie a la que incluso se ha dedicado la feria local. La langosta es su otra captura importante
"Alcúdia nunca fue un puerto llampuguer -dice Garau- y, sin embargo, ahora está entre los más importantes en esta captura. Todo ello es fruto de la buena gestión que hacen".
