Tal y como había anunciado con varios días de antelación, el equipo de gobierno Junts Avançam-UMP en el ayuntamiento de Pollença aprobó el pasado jueves una modificación de la ordenanza fiscal reguladora del IBI que consiste en una reducción del diez por ciento en la contribución urbana y del 7,8 por ciento en la rústica. La medida fue aprobada con los votos a favor del gobierno local, más los de el Pi, Tots per Pollença y PP.

Alternativa per Pollença optó por votar en contra al considerar que la rebaja fiscal es "regresiva" porque favorece a quienes tienen más propiedades y de más valor. De hecho, este grupo político presentó una enmienda para incrementar el IBI a los inmuebles de más valor y reducirlo al resto. La propuesta fue rechazada por el resto de formaciones políticas.

Por otra parte, el pleno aprobó otra moción de Alternativa que reclamaba que el próximo impuesto turístico priorice las inversiones medioambientales y a favor del patrimonio histórico y cultural.