El nuevo equipo de gobierno de Pollença, integrado por Junts Avançam y Unió Mollera Pollencina, se ha marcado el objetivo de reducir la presión fiscal sobre los ciudadanos del municipio. El pleno ordinario previsto para el jueves de la próxima semana debatirá una propuesta de alcaldía mediante la que se pretende reducir el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) urbano y rústico en porcentajes que oscilan entre el 7,8 y el 10 por ciento. La medida se aprobará mediante una modificación de la ordenanza fiscal reguladora del impuesto.

Según explicó ayer el alcalde Miquel Àngel March (Junts Avançam), la reducción será mayor en los inmuebles urbanos, que pagarán un diez por ciento menos por la contribución a partir del próximo ejercicio. Así, el tipo de gravamen pasará del 0,50 actual al 0,45, lo que repercutirá en una reducción aproximada de 800.000 euros, según el equipo de gobierno.

Respecto a los inmuebles rústicos, la rebaja será del 7,8 por ciento. Para que esto sea posible, se reducirá el tipo de gravamen del 0,7 al 0,63.

"El objetivo de esta reducción es el de rebajar la presión fiscal sobre los ciudadanos del municipio; hay que tener en cuenta que venimos de una situación de crisis y por ello conviene reducir la carga tributaria a los contribuyentes", explicó ayer la institución municipal en una nota.

El equipo de gobierno asegura que la situación actual de las arcas municipales "permite llevar a cabo esta reducción". Si el pleno aprueba la bajada del IBI, la resolución pasará por exposición pública durante un periodo de 30 días.