La asociación de empresarios de villas turísticas de Balears se manifestó ayer en contra de la implantación del nuevo impuesto de turismo sostenible al considerar que potenciará el negocio de la numerosa oferta ilegal que existe en Mallorca y que supone una "competencia desleal" con respecto a las viviendas reguladas que pagan los impuestos.

Miquel Cifre, presidente de la citada asociación, y Yolanda Loeffler, vicepresidenta, ofrecieron ayer una rueda de prensa en el Port de Pollença para valorar la temporada turística de este año y ofrecer su opinión sobre la nueva ecotasa después de que el Govern haya elaborado el primer borrador del impuesto.

En este sentido, Cifre señaló que la intención de la asociación que preside no es la de "entrar en el debate político" sobre la conveniencia de aplicar un nuevo impuesto turístico aunque criticó el sistema mediante el cual se recaudará el dinero. A su entender, se trata de un "impuesto injusto" porque "de momento solo obligará a los establecimientos reglados y legalizados", mientras que los "grandes beneficiados" serán los propietarios de viviendas vacacionales ilegales, lo que supone una "competencia desleal muy grande". El presidente de la asociación añadió que "lo ideal" sería cobrar la ecotasa en puertos aeropuertos y reclamó al Govern una fórmula adecuada para recaudar el impuesto en las villas vacacionales, un tipo de oferta turística que "no cuenta con recepciones físicas" en las que cobrar el dinero. En este sentido, apuntó que la asociación deberá contratar a alguna persona para que "se encargue de recaudar el impuesto casa por casa".

Los propietarios de villas vacacionales desconfían de la aplicación de la ecotasa porque "el turismo es un mundo muy sensible y cualquier impuesto puede repercutir de forma negativa".

La asociación desconoce todavía cómo podrá recaudar el impuesto el próximo año porque "los pagos, en su mayoría, se realizan en el país de origen de los turistas" y porque ya se han empezado a hacer reservas de cara a la próxima temporada turística sin incluir la previsión del cobro del impuesto medioambiental. "Para nuestro sector, pagar 1,5 euros por día y persona es mucho, nuestros clientes son muy sensibles a los cambios de precio", lamentan.