"Probablemente el cargo de responsable de la perrera queda muy bien en una tarjeta, pero la implicación ha sido nula", explica el concejal responsable de Infraestructuras del ayuntamiento de Felanitx, Joan Aznar, en referencia a la gestión (o la falta de ella) que del espacio han hecho los gobiernos municipales en los últimos seis años. Y es que desde el año 2010 en adelante la partida presupuestaria para la perrera ha brillado por su ausencia: cero euros. A eso habría que sumar los paupérrimos 200 euros anuales que se invirtieron en cuestiones veterinarias en 2008 y 2009. Una vida demasiado perra para quien ya ha sufrido un abandono.

Cogiendo el desvío de la carretera de Porreres, a escasos metros del núcleo urbano, se encuentra la depuradora. Tras ella y apenas visible desde lejos (sobre)viven 32 perros recuperados de las calles y caminos del término municipal. Según datos de Natura Parc, cada año en Felanitx se producen 170 incidencias con animales, de las cuales 140 tienen que ver con canes (20 con gatos y casi todo el resto con gallinas). Pero estos son los que caben. Las once jaulas interiores, de un espacio ya reducido de por si, están separadas para poder meter alguno más. Fuera, una decena más ladran para hacerse ver y así poder recibir algo de cariño.

"La situación es de total abandono", concluye el alcalde Joan Xamena (Bloc), "tanto es así, que cuando nos interesamos por el estado de la perrera, no encontramos ni documentación ni siquiera las llaves para entrar... ¿Qué gestión era esa?". Xamena deja caer el peso de la dejadez sobre las espaldas del Partido Popular, quien gobernó doce años seguidos hasta las pasadas elecciones.

En 2005 el Ayuntamiento firmó un convenio de colaboración con la First Aid Animales Mallorca (FAAM) para que la asociación gestionara el recinto con ayuda económica. Pero la fórmula solamente funcionó tres años, los mismos que tardó el PP en desentenderse y dejar que las voluntarias cargaran con la responsabilidad sin contraprestaciones. Paralelamente se firmó otro acuerdo en 2002 de 900 euros anuales con Natura Parc para la recogida de todos aquellos animales extraviados que no fueran ni perros ni gatos.

Hoy los sabuesos viven de la ayuda de miembros de asociaciones animalistas, quienes se encargan del pienso y de limpiar las dependencias en la medida de lo posible. "Es de agradecer que después de todo este tiempo al menos todavía lleven un control y los animales estén vacunados y con chip", señala Aznar. Poco que ver con el espacio, cuyas deficiencias y malos olores son perceptibles a simple vista. Como las grietas y goteras que dejan las salas cubiertas al desamparo de la humedad.

Sin papeles y sin medios, la perrera deberá cerrar provisionalmente y los perros ser repartidos (doce de ellos ya han sido aceptados por diversas asociaciones). Meses en los que el Ayuntamiento deberá reacondicionarla, dotarla de presupuesto, conveniar de nuevo las condiciones con la FAAM y pedir a la conselleria de Medio Ambiente que registre la perrera como núcleo zoológico. "Es complicado en estos momentos saber qué inversión tendremos que hacer y en qué tiempo los perros podrán volver", repite Xamena.