El plan renove llega a un millar de negocios de las zonas turísticas maduras de Palmanova-Magaluf, Santa Ponça y Peguera. Establecimientos como bares, cafeterías, restaurantes, salas de fiesta y discotecas tendrán un plazo de tres años para desarrollar un plan de modernización impulsado por el Govern, en cumplimiento con lo dispuesto en la Ley General Turística. Y el primer hito en este proceso será en breve. Antes del próximo 19 de octubre, los negocios tendrán que presentar documentación para acogerse a dicho plan. En el sector, hay de momento una cierta sensación de incertidumbre y algunas dudas, que se plasmaron ayer en una reunión que se celebró en el Hotel Ponent Mar, con presencia de representantes políticos y técnicos del ayuntamiento de Calvià y una treintena de empresarios del municipio. Así, por parte del Consistorio, asistieron la concejal de Comercio, Actividades y Medio Ambiente, Paquita Muñoz, el regidor de Magaluf, Alfonso Molina, así como el director general de Turismo, Jaime Nadal, y Guillem Capó, alto cargo del área de Comercio.

En ese encuentro, el Ayuntamiento informó de los plazos previstos en la iniciativa autonómica, que despierta entre el colectivo de comercios algunas reticencias al entender que son demasiado ajustados teniendo en cuenta, además, que ya hay pequeños empresarios que han cerrado sus tiendas y no están en el municipio.

En ese sentido, se expresó el presidente de del patronal de comercio turístico Acotur, Pepe Tirado, quien pidió que, al menos, se amplíe el término del 19 de octubre, para que los negocios puedan cumplimentar esta primera fase del proceso. Los representantes municipales aseguraron que pondrán a disposición de los negocios afectados por este plan renove toda la ayuda necesaria a fin de que se pongan al día con la Ley General Turística, a lo que algunas voces respondieron que esa ayuda se sustancie en los mismos niveles de apoyo con que han contado los hoteleros del municipio.

La adaptación a la normativa autonómica afectará sólo a los negocios situados en las zonas turísticas maduras declaradas en Calvià, que son el área de Palmanova y Magaluf, Santa Ponça y Peguera. En total, cerca de un millar de establecimientos, entre bares, cafeterías, souvenirs, restaurantes o locales de ocio, tal y como informaron ayer los representantes municipales.

Quejas por los hoteles

Durante sus turnos de intervenciones, los pequeños empresarios no dejaron escapar la oportunidad de trasladar a los representantes políticos del ayuntamiento de Calvià sus quejas por determinados fenómenos que se repiten temporada tras temporada, como la presencia de vendedores ambulantes.

Recordaron también que la prostitución callejera continúa perjudicando la imagen del destino, al estar asociada en ocasiones a prácticas delictivas. En este punto, incidieron por ejemplo representantes empresariales de la calle Ramon de Montcada de Santa Ponça, que pidieron más presencia policial.