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Sa Pobla

El recuerdo de la testaruda gesta del aviador 'Xopolet'

En el verano de 1936, un joven de sa Pobla se empeñó en batir la gesta del legendario piloto Salvador Hedilla repitiendo su vuelo de 1916 en que cubrió la distancia entre Barcelona y Palma pero con una avioneta pequeña y de mucha menor cilindrada

El aviador 'pobler' Joan Crespí Fornari, 'Xopolet' (vestido con un mono blanco), ante su avioneta antes de iniciar su vuelo.

Veinte años después de que el aviador Salvador Hedilla realizara el primer vuelo Barcelona-Palma (2 de julio de 1916) e hiciera un vuelo de exhibición en sa Pobla durante las fiestas de Sant Jaume, el 'pobler' Juan Crespí Fornari, 'Xopolet', cubrió el mismo trayecto aéreo con su avioneta, de mucha menor cilindrada.

Juan Crespí salió del aeropuerto del Prat el día 29 de junio de 1936, a las 17,30 horas, con el Avro-Avian 85 H.P., una avioneta monoplaza de su propiedad. Alcanzó una altitud de mil metros y transcurrida una hora de vuelo, ya inquieto, divisó el Port de Sóller. Aterrizó en el aeropuerto militar de Son Sant Joan. Al no haber, allí, angares disponibles, emprendió nuevo vuelo hacia Son Bonet, donde le recibieron el alcalde de sa Pobla, Felipe Serra Cladera, y Pedro Ventayol, redactor de la revista local de la época, Horizontes Nuevos.

Expectación

La hazaña que tenía proyectado realizar 'Xopolet' se venía comentando desde hacía algún tiempo en los distintos círculos de sa Pobla y había levantado gran expectación. La citada revista local, de fecha 21 de junio de 1936, en nota de última hora, publicaba: "Sabemos de fuentes fidedignas que el conocido y joven aviador poblense, Juan Crespí Fornari, se propone realizar en la mañana de hoy y en avioneta de su propiedad, un vuelo Barcelona-Mallorca. Le deseamos un raid feliz".

El número de la mencionada revista del 28 del mismo mes decía: "Para esperar al aviador poblense, Juan Crespí, salieron familiares y representantes oficiales hacia el campo de Son San Juan. A última hora de la mañana recibióse el siguiente telegrama: "Urgente - Prat de Llobregat -21-10'15 - Alcalde Ayuntamiento - No podido salir no sé cuando podré, Juan". La redacción añade: "hasta el momento ignoramos las causas que imposibilitaron el vuelo". Un segundo telegrama recibido el día 29 de junio dirigido al alcalde republicano de sa Pobla Felip Mel, decía: "Urgente - Prat de Llobregat 29 a las 18. Vuestro aviador Crespí ha salido en su avión hoy a las 17,30. Vicente Velasco". De inmediato salió de sa Pobla en automóvil hacia el campo de aterrizaje una comisión municipal encabezada por el alcalde que, a su llegada, comunicó al consistorio "noticias halagüeñas que confirmaron el feliz término del arriesgado intento".

La celebración

Crespí había cubierto la etapa con un tiempo de dos horas y cinco minutos. Después, sobre las diez de la noche, llegaron a la Casa Consistorial, aviador y comisionados "y tras los abrazos se sirvió un improvisado lunch. Al descorcharse el champagne, el Alcalde, en nombre propio y de la Gestora que preside, dedicó frases de vivo sentir patriótico y de halago y estímulo para el joven recordman".

El piloto confesó que había pasado algunos momentos de preocupación, pero que "al verse en La Puebla, cobraba coraje para nuevas empresas...". Efectivamente, y como se deduce de las declaraciones efectuadas por el propio aviador Crespí su hazaña fue, como menos, arriesgada.

Un vuelo desaconsejado por su profesor y jefes de campo en Prat de Llobregat, alertados por el mecánico Mariano Huertas a quien Crespí había confiado su intención y pedido opinión, "en secreto", sobre el estado del motor de su avión. Cuenta el aviador en una entrevista concedida a la revista que "Huertas, por el bien que me quería, no quiso guardar secreto. Los señores Canudas y Domenech, sabiendo que ante mi insistencia no tenían otro remedio que dejarme partir, exigiéronme que montara, en la cabina, una brújula como indispensable aparato de control y con la doble finalidad de retrasar, con buena intención, mi salida [?] mi profesor señor Cañas, como remate y dispuesto a hacerme desistir, díjome: despídete al menos y será el último abrazo".

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