El ayuntamiento de Alaró había iniciado los trámites necesarios para la declaración de Fiesta de Interés Cultural en diciembre del año 2010, justificando la importancia de esta festividad con el objetivo de garantizar la pervivencia de esta tradición cultural como acto festivo.

El que fuere concejal de Cultura durante el tiempo que ha durado la tramitación del procedimiento, Llorenç Perelló (PP), con la colaboración de algunos vecinos y conocedores de la fiesta, remitió a la Comisión Insular de Patrimonio Histórico una memoria descriptiva y justificativa del interés de la fiesta.

Tras el informe favorable del Consejo Asesor de Cultura Popular y Tradicional de Mallorca, la Comisión Insular acordó la incoación del expediente de declaración, el cual culminó ayer con su definitiva aprobación. Después de conocerse la noticia, el ayuntamiento de Alaró, gobernado por el PSOE y Més, manifestó su alegría. Asimismo, la alcaldesa, Aina Munar (PSOE), convocó a todos los cossiers a una recepción oficial por la noche en el Ayuntamiento.

Seis danzantes

El baile de los cossiers de Alaró son una serie de danzas populares mallorquinas que baila un grupo de danzantes formado por seis cossiers y una dama, a los que se añade la figura del demonio, que los acompaña en las celebraciones no religiosas, aunque está documentado que antiguamente los demonios entraban en la iglesia.

El origen del baile de los cossiers es desconocido, pero a lo largo de la historia son múltiples los documentos en los que aparecen citados. Asimismo, parece que, hoy, la teoría sitúa el origen de estos danzantes en las antiguas divinidades agrarias femeninas, de lo cual es muestra que sea la dama figura femenina quien dirija el baile, y también la persistencia aún hoy de múltiples elementos femeninos en su indumentaria, como puntillas, faldas, medias, cintas o lazos, entre otros.

Sea como sea, el baile de los cossiers es una de las danzas más típicas que se conservan, es decir, una de las danzas que nos es característica y tradicional, y está documentado que se bailaba en 15 poblaciones de la isla.

Esta danza se acompaña de una canción que, en el caso de Alaró, interpretan un tamboril y un caramillo (flabiol), cuya música es sencilla y primitiva, como lo es el baile, que se define básicamente mediante los saltos que dan los danzantes. Precisamente el caramillo era un elemento específico que diferenciaba los cossiers de Alaró de otros cossiers, ya que, según Francesc Vallcaneras, "es de madera de granadillo" y "un instrumento único y poco comparable, en forma y tamaño, a los clásicos y generales caramillos a los que estamos acostumbrados y que se usan en toda Mallorca".

El baile de los cossiers de Alaró, que se ejecutaba el día de la Asunción (15 de agosto) y al día siguiente (Sant Roc, patrón de Alaró), se interrumpió en 1943 hasta que, en 1992, se recuperó el día de la fiesta mayor, día desde el que se baila cada año ininterrumpidamente. Actualmente también se luce el último sábado de mayo.

Satisfacción 'poblera'

El ayuntamiento de sa Pobla fue uno de los que también expresó su felicidad. A través de una nota informó de que en el pleno del Consell estuvieron presentes el alcalde, Biel Ferragut, y los regidores Antoni Simó, Catalina Munar y Guillem Crespí. "También asistió Joan Campaner, persona que elaboró el expediente con la memoria histórica, memoria fotográfica y memoria bibliográfica de la Festa de Sant Antoni a fin de poder conseguir esta declaración de FIC", apuntó. Según el consistorio pobler, "esta declaración sirve para poner en valor el patrimonio cultural de nuestro pueblo, un orgullo para todos los poblers".