La proposición no de ley que PSOE, Més y Podemos presentaron ayer en el Parlament instando a la prohibición de las corridas de toros y los correbou no ha sentado nada bien en Fornalutx, el único municipio de la isla donde pervive la tradición del pasacalles con un toro.

Su alcalde, Antoni Aguiló, expresó su malestar con la iniciativa "de la que todos sabemos cuál será el desenlace", por lo que reconoció que "el correbou está sentenciado a muerte". A pesar de la iniciativa que ahora se traslada al debate parlamentario, el alcalde aseguró que desde Fornalutx "lucharemos para mantener el correbou porque es una tradición" y aseguró que "nosotros daremos todos los pasos que sean necesarios para preservarlo".

Aguiló se mostró visiblemente molesto porque "nadie desde el Govern nos ha dicho nada" cuando "estoy seguro, pese a que no puedo demostrarlo, de que se trata de una maniobra que ha sido orquestada desde la conselleria de Medi Ambient". El alcalde aseguró que la proposición no de ley "se ha hecho expresamente contra nosotros", aunque se mostró cauteloso y afirmó que "antes de dar cualquier paso primero estudiaremos qué dice exactamente la propuesta". De lo que sí se mostró seguro es que Fornalutx no se quedará con los brazos cruzados "porque lucharemos por defender el correbou".

Desde el siglo XIX

El correbou suma más de cien años de historia. La primera referencia escrita se localizó en un periódico local de Sóller en 1892, base para que quedara exento de la prohibición que entró en vigor cien años después con la Ley de Protección Animal.

Aguiló cree que el Govern del pacte acabará tarde o temprano modificando esta ley para prohibir la fiesta "algo que imposibilitará que desde Fornalutx podamos realizar cualquier tipo de acción legal para evitarlo. Lo mejor sería que hicieran una nueva ley".