Con el ahorcamiento del traidor cuyo nombre era Pedro el Valenciano, Valldemossa vivió anoche su momento de éxtasis con la celebración de la segunda edición de las batallas entre moros y cristianos con las que se revive un episodio histórico de 1552.

Más de 400 personas tomaron parte de la representación en la que gran parte de la gente joven del municipio participó en ella con el fin de que este "Firó" -a la valldemossina- se acomode definitivamente en el programa de actos culturales del otoño. El episodio que ayer se escenificó acaeció el 1 de octubre de 1552, cuando 400 turcos saquearon la villa antes de que 36 cristianos acabaran con ellos al frente de los cuales había el capitán Ramon Gual.

El simulacro del ataque corsario está narrado en el ´Cronicon Mayoricensis´ que escribió Álvaro Campaner, un relato que ha sido la base sobre el cual se han reconstruido los hechos en una fiesta organizada por la Associació de Moros i Cristians de Valldemossa.

El ataque corsario había permanecido prácticamente en el olvido hasta hace un año. Solo los años inmediatamente posteriores a 1552 se habían recordado los hechos con ceremonias religiosas. Los últimos actos conmemorativos que se celebraron fueron en 1952, cuando se cumplieron los 400 años de la invasión.

Traición de un vecino

Esta historia narra como los sarracenos saquearon Valldemossa con el apoyo a traición de un vecino del pueblo conocido como Pedro el Valenciano. Es por ello que tras la victoria de las tropas locales frente a los moros, el "traidor" acabó colgado de una soga.

Con el repique de las campanas del pueblo, comenzó la representación. En la calle Ramon Gual Desmur se reunieron los 36 payeses con el capità Ramon Gual al frente. Un gran grupo de payesas esperaba su llegada en la plaza de la iglesia. Entre ellas había el personaje que encarnaba la abuela de la Beata Catalina Thomás y el rector del pueblo Pere Camps.

Por su parte, los moros partieron desde el otro lado del pueblo con el rey moro al frente y el traidor Pedro el Valenciano que los guió hasta la villa. Lo hicieron escoltados por tambores y bengalas. Los invasores recorrieron las calles en su saqueo y secuestraron a las payesas en la plaza de la Cartoixa. Previamente asesinaron a la abuela de la Beata en la Plaza Pública. Tras conocerse el secuestro de las mujeres del pueblo, las tropas locales se dirigieron hacia la Cartoixa, el escenario donde se produjo la más importante de las batallas. Ahí, moros y payeses se encararon en una sangrienta lucha simulando la emboscada del 1552 en la que los sarracenos perecieron a manos de los 36 cristianos.

El humo, las bengalas y el numeroso público que había en la plaza levantaron la fiesta hasta su momento más álgido. Tras la batalla y la victoria local, la fiesta tomó su recta final con el ahorcamiento del personaje traidor. La fiesta terminó en la Cartoixa donde los participantes depositaron las banderas y con unas canciones que interpretó la coral.

Los personajes fueron interpretados por Maria Alcover (abuela de la Beata), Antoni Villa (rey moro), Bernat Vicens (traidor), Mateu Estarás (rector) y Miquel Àngel Mas (capità Ramon Gual).